Kenita Larraín casi queda en pelotas por fiero gatito

Como está en todas, Kenita Larraín no quiso quedarse abajo del apio verde del club nocturno "Passapoga". El local jaranero "solo para ellos" celebró la madrugada de ayer once años llenando de plumas, cutis y harta jarana las noches santiaguinas, y Kenita fue la guinda y la torta.

Y la blonda eterna no fue sola. Para su show  a lo Cleopatra de Cachiyuyo se hizo acompañar de un macho peludo, fornido, pero harto tímido...

No era el Nabih Chadud con más kilos, ni su ex siamés egipcio, sino un minino de raza persa, color gris,  que le mostró sus garritas todo el rato en que lo cargó en su regazo, como complemento de su puesta en escena.

Para la ocasión la ojos azules se hizo llevar en andas, cual virgencita, por seis galanes que hacían de esclavos.

Al lado de ella y sin perderla de vista iba una chiquilla, quien resultó ser la dueña del animal escarmenado, y por lo mismo estaba más preocupada de la trasnochada de su gato que de que algún tropezón mandara guarda abajo a Larraín y compañía. "Está asustado con toda la gente y la bulla, él no está acostumbrado a tanta gente", largó su mami humana.

Claro, a esas alturas de la noche el micifuz no quería saber na' de parranda y por poco deja a la ex del "Chino" Ríos como mapa mundi. Antes de empezar el show faraónico, el galán de cuatro patas hizo todo lo posible por no dejar los brazos de su ama, incluso no tuvo respeto en sacarle sus uñas filudas a la propia Kena, provocando que estuviera de mano a mano pa' que se sosegara.

Al momento de salir al plató, Larraín, caracterizada como una morena y forzuda reina del Nilo, agarró firme al espécimen  y lo sentó en su falda.

Su acompañante duró menos que un candy en el escenario, más encima cuando trataba de bajarse casi le hace huila el vestido. Por un pelo se salvó de quedar en pelotas, la pobre.

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