Las vivencias que algunos famosos pasan en los viajes que se pegan los dejan marcando ocupado, o viendo la vida de otra forma.
Fue el caso de María Eugenia Larraín, quién se pegó un vuelo hasta Egipto donde se le removieron todas las energías.
Según le parló a ESP, la blonda maniquí sintió de todo en su pique en camello. Sobre todo "cuando llegamos al templo de Karnak, ahí fue algo muy místico porque sentí que algo de mí había ahí. Incluso fue tanto, que dejé de comer carnes de todo tipo, y eso que me encantaba el pollo en esa época", contó.
La Kenita cachó que le hacía asco a los plumíferos cuando tuvo la posibilidad de comer a destajo en un crucero por allato.
"Estabamos en la ruta del Nilo, y habían muchos tipos de comida, y cuando fui a probar las carnes como que me dio asco, y no es que estuvieran mal preparadas, por el contrario, pero fue el despertar que tuve desde que pisé el templo", detalló la rucia.
Como nos contó la chiquilla, ese lugar “era un templo de sacerdotisas, las que no comían carne, sino que raíces y cosas de ese tipo”.
El zamarreo que le provocó este viaje hizo que se volcara de cabeza a este tipo de vivencias.
"Luego de estar en Egipto me hice una regresión, y efectivamente una parte de mi pasado estuvo ligado a este templo. Y por si no se sabe mucho al respecto de esto, no es que uno hable de lo que pasa, sino que se entra en un proceso en que uno no recuerda nada y cuenta lo que se vivió, pues uno solo en el espacio conciente usa el 5% de sus capacidades, mientras que eso aumenta mucho más cuando te hacen una regresión", largó la hermosura en onda "zen".
Kenita Larraín y la deuda de Zamorano: 'Si yo debiera eso, no podría dormir' | La Cuarta
