Kenita Larraín será Cleopatra en cumpleaños del Passapoga

Solo faltarán los camellos. Claro, porque pa' celebrar sus 11 añitos de vida, el próximo martes el Passapoga será una verdadera pirámide egipcia, donde María Eugenia Larraín será Cleopatra, y Álvaro Casanova su guachón, Marco Antonio.

“A mí con Cleopatra nos une el amor a Egipto, ella tuvo mellizos y yo soy melliza. Y parece que a las dos nos gustaban hombres importantes, jajajá”, comenta la escultural maniquí, que ya alucina con la producción digna de Hollywood que tienen preparada.

-¿Y por qué crees que enganchas tanto con la tierra de los camellos?

- Creo en la reencarnación y tengo vidas en Egipto. El par de veces que he podido viajar, el 2005 y 2007, me pasaron cosas alucinantes, en especial la última vez.

-¿Te topaste con el faraón “Bam Bam I”?

-No. Tuve una experiencia maravillosa en el templo de Karnak, caminaba y sentía que era mi casa, que pertenecía, no me quería ir. Yo creo que en el pasado estuve ahí, estoy segura. De hecho, me hice regresiones y efectivamente tengo una afinidad con Egipto increíble.

- Por pinta, caes pintada como diosa...

-Según la regresión, fui sacerdotisa en esa vida y en ese templo. Recuerdo que la primera vez que viajé iba en un barco por el Nilo y nunca he comido muchas carnes rojas, sí me gusta mucho el pollo...

-¿Al velador o con papas?

-No seas tonto. Bueno, prosigo, entonces había un bufet al almuerzo y cuando fui a pedir pollo no pude comerlo. Durante un año estuve sin comer casi ningún tipo de carne. Y la segunda vez que fui, supe que las sacerdotisas en el antiguo Egipto comían raíces, los animales eran sagrados. Ahí entendí y me cuadró todo.

- ¿Algo más?

- Mi sueño era entrar a las pirámides. En el primer viaje no pude, porque me di cuenta que tenía claustrofobia y no sabía. Me complicaban los lugares de poca altura, encerrados y sin luz.

- Qué penca pegarse el manso pique pa’ cachar eso...

- Como nunca me he quedado en un ascensor a oscuras, no tenía cómo saber. Así que también trabajé eso en las regresiones y cuando volví a Egipto el 2007 entré a las pirámides, a las criptas, ahí me di cuenta de que había sanado.

Así, desde el 2008 que la maniquí anda todita mística. Cáchese que tomó cursos de reiki, biomagnetismo y ahora se enchufó en uno de numerología. ¡Afírmate, Ayún!

“Hay un cambio en mí y la María Eugenia que partió en la televisión está a años luz de lo que soy ahora. Gracias a este camino he experimentado un cambio muy fuerte. Antes no me conocía mucho, tenía baja autoestima y no tenía las cosas claras como ahora. Hay una madurez gracias a este camino espiritual.

-¿Y no se te estropea el aura con los pelambres?

-Los chismes y cahuines siempre están de moda y lo importante no es erradicarlos. No depende de uno, pero hoy me afectan mucho menos. Antes me preocupaba del qué dirán o qué opinará el resto. Hoy tengo mi verdad, sé quién soy y los pelambres me resbalan.

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