En su momento de mayor apego al carrete, el futbolista Kike Acuña fue conocido en el mundo de la farándula como el "Señor de la noche". El hombrón no dejaba botella parada y a pesar de recibir un sueldo millonario sus actos de indisciplina lo tuvieron al borde del retiro.
Pasaron los años y el dolape al fin sentó cabeza y ahora es un hombre nuevo. Ahora defiende el mediocampo de Unión San Felipe en los potreros y asegura estar alejado de todo lo que tenga que ver con el carrete, la tele y los excesos.
Sin embargo, hubo un episodio que marco para siempre la vida Kike Acuña. Un hecho que lo dejó con miedo y que lo motivó a someterse a un programa de rehabilitación para dejar la chupeta.
En entrevista con el programa Más Vale Tarde (Mega), el calvo contó que sufrió una parálisis en plena calle, enfermedad que lo atacó justo cuando sacó a pasear a su pequeña hija. Al parecer el copete le pasó la cuenta, ya que horas antes había empinado el codo con dos pisco sour.
"Iba con mi hija. Me tomé dos pisco sour al almuerzo. Agarro el coche para ir a los juegos y se me trabó la parte izquierda del cuerpo y me caí. Me paré y me caí de nuevo. No me funcionaba, no podía dar el paso siguiente. No tengo explicación, fue algo que me remeció. Pensé que me iba a morir", confesó el pelotero.
Apenas pudo agarrar un teléfono, Acuña se puso en contacto con Daniel Fuenzalida, quien le recomendó someterse a un tratamiento para dejar el copete, el que sirvió para retomar su vida normal.
"Era un tratamiento ambulatorio, de ocho y media a dos de la tarde. Llegué con mi autoestima por el suelo y mis compañeros me hicieron dar cuenta que valía mucho como persona y que con esfuerzo se podía salir adelante", confesó.
Kike Acuña: De 'Señor de la Noche' a futuro entrenador | La Cuarta
