Kim Kardashian, que se hizo conocida por aparecer en un video califa con el rapero Ray J, y que ahora está esperando un baby con Kanye West, tuvo que ser internada por complicaciones en su embarazo.
Según cuentan sus amigotes, los problemas fueron causados porque la comadre trabaja de sol a sol y no le da descanso a su rico cuerpazo, y que sumado a llevar a una personita dentro, hace que se canse más.
A toda la pega que hace, la pechochura le tiene miedo a engordar y con los antojos que le dan a las embarazadas es difícil no hacerlo. Por eso se pega unas rutinas en el gimnasio dignas de una película de Rocky o Chuck Norris. Cosa que podría haber contribuído a su colapso.
Y como si fuera poco, además del laburo y el cardio, a la perla le encanta viajar por la orbe. Hace poco la vieron comprando en París acompañada de su choco-pierno, así que por lo mismo parece que su guagüita le pegó un "párala poh mami" y la mandó a la cama.
Eso sí, para las fanas y los piedras de curanto que siguen sus fotos con poquita ropa, la comadre se mandó un comentario mediante su cuenta del pajarete azul: "Gracias por todos los buenos deseos ¡Estoy bien! Descansando... Tengan una buena semana ¡Los quiero!".
Según soltó una fuente apegada a la pareja, Kim se comenzó a sentir mal de vuelta del viaje de las tierras del baguette, y pensó que era un aborto espontáneo. Apenas pisó Gringolandia se fue derechito a un hospital en Los Angeles, California.