Kramer, Nelly Furtado y Solís fueron las estrellas

LO BUENO

Shows de primer corte y fiestoca de lujo lo más bacancito

Hacer balances siempre es peludo y cuando se trata del Festival de Viña, la tarea se hace aún más compleja, debido a la tremenda cantidad de hechos que rodean al certamen musical.

A la hora de destacar lo más bacancito de este año, basta con recordar el aplausómetro festivalero y darse cuenta del nivel de los invitados. Una de las que simplemente se robó la película con su virtuosismo, simpatía y vigencia internacional, fue la bella Nelly Furtado. La cantante canadiense fue uno de los golazos de este año, ya que la chiquilla venía avalada por una tremenda carrera que la ha llevado por todo el mundo. Vestida con un llamativo vestido amarillo, regalando flores al público y tocando todos sus grandes hits, la lindura se robó el cucharón del Monstruo que terminó como un tierno cachorrito arrimado a sus pies.

Otro de los valores del Festival fue sin duda Stefan Kramer. El mil caras cumplió con las expectativas y se consolidó como uno de los cómicos con más proyección en el país. Con más de 30 imitaciones en el escenario, el compadre se echó al bolsillo a la Quinta, que lo ovacionó y lo premió con Antorchas y Gaviota. Ojo, que marcó el máximo peak del certamen con 61 puntos.

Del show internacional otro de los puntetes altos fue Marco Antonio Solís. El astro mexicano cumplió con todas las expectativas marcando uno de los peak de sintonía de todo el Festival. Con una tremenda puesta en escena que incluyó a 27 músicos, Sandokán dejó claro que siempre es una sandía calada.

Otro de los artistas que saldó una deuda con Viña fue Franco de Vita. El chévere cautivó por primera vez, a todos los viñamarinos romanticones con una artillería de hits que a veces se hacían interminables. Aunque no ha sido muy comentado, el cantante fue el más premiado de Viña con dos Gaviotas y dos Antorchas.

Otra de las sorpresas del Festival fue sin duda el tremendo show de Journey y su nuevo vocalista Arnel Pineda. La Fiesta de la Reina realizada en el Hotel O'Higgins fue otro de los puntos altos, ya que reunió a gran parte de la prensa acreditada, quienes vacilaron de lo lindo con toda la música en vivo de La Noche. Qué tal.

LO MALO

Horarios de afterhour y mochas de tercera entre lo maluenda

A la hora de ver lo maluenda del Festival, la agenda anota varios hechos penosos, uno de ellos fue el que vivió Salomón y Tutu-Tutu. El parcito humorístico del diléxico y chucheta académico y el tímido Cajarito, le puso la servilleta en el cuello y el mantel en la mesa al Monstruo, para que se lo sirviera asado a las brasas.

Los chiquillos se la jugaron con una rutina fomeque que nunca logró prender y que por primera y única vez durante todo el Festival, despertó a la aletargada bestia viñamarina.

Otra de las situaciones que nuevamente generó molestia, fueron las extensas jornadas festivaleras. Como suele ocurrir, en varias jornadas los artistas que cerraron el Festival salieron a la hora del níspero. Uno de ellos fue el maestro Giolito que el pasado viernes terminó cerrando a eso de las 4.20 de la mañana. Esa onda.

El listado también incluye la gala festivalera que como nunca, destacó por ser una de las más fomeques de los últimos años. A la falta de grandes figuras, hay que sumar que no existió nadie que deslumbrara, tal como había ocurrido en ediciones anteriores con el vestido escotado de Myriam Hernández y la transparencia de Cecilia Bolocco.

Si de mochas se trata, la que enfrentó a Felipe Camiroaga con Lucho Jara fue de antología. Los animadores se agarraron luego que se filtrara que en una cena, el equipo del programa del cantante (Juntos), empapelaba al conductor de TVN. Este último respondió al día siguiente con una solapada imitación de Jara. Malo.

Las eslovenas de Vanilla Ninja vivieron el manso bochorno. Las chiquillas juraban que habían ganado la competencia internacional, sin embargo, a la traductora se le olvidó aclararle que lo suyo había sido sólo el premio a Mejor Intérprete.

LO FEO

"Ubicatex" Marengo y "Pato Yáñez" a la cabeza de lo federico

Hay cosas feas que simplemente están pa' dejarlas en el olvido, pero nunca está demás decirlas. Una de ellas fue la desubicada actuación de Rocío Marengo, que trató de robarse el protagonismo en la premiación de la Reina de Viña.

La che picaneó a tal punto a Pilar Ruiz que intentó sacarle la corona, le pegó golpes y terminó haciéndola llorar desconsolada en uno de los salones del Hotel O'Higgins. Finalmente Marengo tuvo que ser desalojada del recinto ante el aplausos de los periodistas.

Otro de los momentos desagradables lo vivió Buddy Richard. En la previa de su presentación en Viña, el cantante realizó una conferencia de prensa donde se le consultó si se consideraba un "relleno". Finalmente quedó claro que el "rellenito" fue uno de los golazos de la jornada final del Festival, llevándose pa' la casa una Gaviota y dos Antorchas.

Otro de los pastelazos dignos pa' "enmarcar" fue el que se mandaron dos brocas del cocido "Yingo". Los musculines llegaron al Hotel O'Higgins con puras ganas de tirarse a la piscina el día del piquero de la reina de Viña. Los perlas estaban con traje de baño, sin polera y sin credencial, con la clara intención de aguar el momento. Finalmente fueron echados cascando del lugar, ante los aplausos de los ágiles de la prensa acreditados para estar en el recinto.

Si hablamos de autoinmolación, el Profe Salomón y Tutu Tutu se cavaron su propia tumba, realizando una desubicada rutina con la alcaldesa de Viña Virginia Reginato. El parcito le faltó el respeto a la autoridad con tallitas terrible de pesotes.

Pa' qué decir el deslucido show de Miguel Bosé, que pa' colmo no encontró nada mejor que hacer un "Pato Yáñez" a toda la Quinta. Ni un respeto.

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