El otrora hombre de confianza de Mario Kreutzberger, Yeruba, el popular coanimador de la década de los 80, quien llegó a ser la mano derecha de Don Francis, ya no cree a ojos cerrados en nada y dice que la vida está "llena de suspicacias".

Tras 12 años coanimando Sabados Gigantes y ya pasado tanto tiempo, Pepe Yeruba dice estar tranquilo y feliz.

Cree que todo pasa por algo y que lo que está sucediendo con su ex partner no lo siente como un tema ajeno. "A cualquiera le podría pasar, hay que cuidarse", confiesa.

Deja ver entre risa y chacota, ápices de seriedad frente al caso de paternidad de Don Francisco. "Es un tema delicado", replica, mientras no sabe qué decir frente a la pregunta del soborno.

- Oiga Yeruba, ¿qué opina del supuesto soborno en este caso?

- No podría responder a eso, la justicia ya dio su veredicto.

- ¿Y qué le parece la sentencia del caso ADN?

- Qué quieres que te diga, es un tema muy delicado y si la justicia dictamina algo, creo que es mejor no decir nada, por lo menos no por ahora que es algo muy reciente.

- ¿Qué saca Mario Kreutzberger de todo esto?

- Creo que Kreutzberger aprendió la lección, tiene que andar con cuidado y tal como (Enrique) Maluenda o (Antonio) Vodanovic, quienes son grandes animadores, tienen que cuidarse de quien quiera enlodar su reputación, aunque todos los millones de dólares que tiene en el bolsillo, igual ayudan.

- ¿Cuál sería la lección que aprendió?

- Que hay que tener buena memoria, como yo, que sé perfectamente los nombres de las 57.200 mujeres con las que he compartido en el acto amoroso, jajajá.

En 1979 Yeruba se coronó como coanimador del exitoso Sábados Gigantes, pero tras años de amistad se vio envuelto en una polémica que acabaría con su imagen televisiva.

"Una productora me pidió hacer una película picaresca para un video club y el oportunismo de algunos medios escritos se encargó de colgarme una serie de acusaciones falsas", soltó, Y debido al escándalo Canal 13 no le renovó contrato. "Se me cerraron muchas puertas", reconoce. Dos semanas después de su despido, Yeruba firmó con la productora personal de Mario Kreutzberger, pero su imagen ya estaba muy dañada, lo que llevó a su salida definitiva de pantalla y al quiebre de la amistad.