"Parece un sueño" fue lo primero que dijo la cantante australiana Kylie Minogue, quien anda feliz de la vida paseando por el Festival de Cannes hasta donde llegó para presentar la película Holy Motors, una de las que ha dividido a la crítica del encuentro de cine franchute.
Resulta que con esta peguita la rucia vuelve a sus inicios artísticos en Cangurolandia, cuando laburaba en series de la tele a color de por allato, hasta que se convirtió en una de las cantantes poperas más conocidas de todo el terráqueo.
"Ha sido una experiencia muy rara y hermosa. Formar parte de esto ha sido una experiencia muy intensa, tierna y emotiva", aseguró la cantante, quien confesó que al principio estaba aterrorizada por su regreso al set.
