Cualquier macho bien macho nica le hubiera hecho asquito a las minocas más bellas de Joligud, salvo uno: Marlon Brando.
El actor gringo fue tan famoso por sus pelis, como por soltarle los chitecos a sus coleguitas, con quienes se dio el lujo de regodearse como quiso.
A la mismísima Sophia Loren no hubo caso que le diera la pasada, ya que según peló "su aliento era peor que el de un dinosaurio". A otra que dejó con las ganas de pasar una noche de pasión fue a Elizabeth Taylor. Para Marlon no fueron suficientes la fama de sex symbol de Eli, ni sus aclamados ojos violeta, ya que "su trasero era demasiado chico".
Ambas revelaciones son parte de la nueva biografía del artista fallecido en 2004, la cual será lanzada mañana en Gringolandia.
En el libraco se sapean sus fogosos amoríos con lo más granado del jet set de su época, como Marilyn Monroe, Marlene Dietrich, Grace Kelly y Jackie Kennedy. También se cahuinea que probó suerte con hombres, dado que él mismo confesó en 1976 haber tenido "varias experiencias homosexuales". Entre los que le hicieron su cariñito se apunta a Rock Hudson, James Dean, Laurence Olivier y Cary Grant.
Susan L. Mizruchi, la biógrafa, escribe que Marlon estaba pegado con el sexo y por lo mismo le servían todas las micros. Quizás por tanto ejercicio el hombrón pasaba con hambre y comía como condenado, descuidando su percha a medida que se puso más viejoli.
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