La columna de Jotacé: El público no quiso un río de sangre

Lo que acabo de vivir hoy en primera fila en la Quinta Vergara a la hora del humor, ¡nunca lo había pasado! Por un lado la rutina de Ricardo Meruane sin ningún ritmo y por el otro un público generoso y que se reprimía para no hacer de este momento un río de sangre.

Meruane fuera de forma y con un tempo que no es para este escenario. Muy intelectual en algunas premisas y cometiendo un error clave: dejo que el foco de atención no fuera él ni su rutina, sino la relación que tenía con el público. Su show paso a segundo plano y dejo que el protagonista estuviera al frente del escenario. Más preocupado de que apagaran la luz que de rematar sus propios chistes. Distraído en todo momento por lo que fuera sacándolo de su texto. Todo era tan extremo que al final el “apaga la luz, apaga la luz” se transformó en lo que sacaba mas carcajadas en la gente y parece tragicómico, pero el mejor chiste fue el de Fher, el vocalista de Maná, cuando apareció hablando de corrupción. Parece que Ricardo Meruane vive en un mundo paralelo. No se dio cuenta que la gente pedía la Gaviota como chiste para que se fuera. No estaba leyendo el show. El público piadoso y divertido lo estaba bromeando. Sin embargo cuando se pudo despedir dignamente decidió seguir adelante con mas show y ahí pensé: ¿no nos estará agarrando para el webeo Meruane a nosotros? ¿No será esta una cámara oculta? o ¿la obra maestra de un hombre que vive sin dolor? Meruane nos regaló un momento épico de tensión.

Conozco a Ricardo. Es más, es imposible no tenerle cariño, es un buen tipo, una buena persona y por qué no decirlo un buen humorista. Pero cada artista tiene su estilo y su público. Quizá es el momento que Ricardo termine esa obsesión con la Quinta Vergara y haga un gran show en un teatro. La vida es así. No todo es para todos.

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