La historia del DJ chileno que sedujo a Gringolandia

Cuando era apenas un pitufo flacuchento y espinilludo, José Antonio Bravo ya alucinaba en su Arica natal llevando todos sus casetes a las casas de sus amigos y poniendo música sin que le dieran mucha bola.

Pasó el tiempo y cuando ya le tocó ir a taquillar a fiestas donde él la llevaba con sus cintas, cachó que tenía un gustito agradable poner una canción tras otra y hacer bailar a sus yuntas. Y mientras no estaba surfeando, con dos amigos más aprendieron a tocar varios instrumentos y sudaban la gota obesa sacando temas de Los Ramones y Los Pixies, pero sólo como hobby.

Hasta que en 1994 se tuvo que venir a estudiar Diseño a Santiago a sus 18 años y se metió de lleno en el mundo del hip hop.

"Me hice amigo de un grafitero seco llamado Zekis. Él tenía una tienda hiphopera donde vendía ropa, vinilos, una que otra tornamesa y ahí fue donde conocí a Los Tetas, a los Tiro de Gracia, a Makiza, y a muchos otros que en los 90 empezaron con la escena del hip hop nacional. Junto con la amistad cultivada, me puse a aprender a hacer scratch con los tornamesas", recordó con nostalgia.

FAMA

Con un paupérrimo mezclador, se puso a pescar pedazos de canciones en un computador igual de avanzado que una juguera, hasta que juntó varias canciones junto a su amigo Cristián Powditch (que tocó en el combo electrónico Plan V junto a Gustavo Cerati) y armaron su primer disco. "Sonaba pésimo, pero lo que tenía era espíritu y actitud. Y sin saber cómo, ese material llegó a manos del presidente de la comitiva del Apes, que me llama un día y me dice 'Oye, me llegó un CD que dice Bitman y Roban. Lo mostré y les encantó a todos. Así que me gustaría nominarlos'. Así que mandamos a hacer 40 discos y ¡ganamos!".

El debut en vivo de Bitman y Roban fue hace once años en el Club Mondo de Vitacura, posom, que estuvo lleno de gente hambrienta de oírlos. "En ese tiempo le cayó como anillo al dedo a la electrónica, porque era mucho dance, mucho club, pero nada que lo mezclara con el hip hop".

Con los discos Hurto (2000) y Robar es natural (2002), Bitman cachó que lo suyo era solista, así que sin tener atados con Powditch, editó su primer CD solista llamado Sunset Beats (2003), y de ahí el cabro apodado Toto no ha parado de tener éxito tanto en Chile como en el mundo.

Ha estado en listados del New York Times compartiendo rankings con Radiohead y Amy Winehouse. Como si fuera poco, sus hits han aparecido en tres juegos de la FIFA y en series y películas gringas. Esa onda.

Complementando su seudónimo como Latin Bitman, el cabro en la actualidad no sólo se manda shows pinchando discos, sino que colabora con músicos de la talla del Titae de Los Tres, C-Funk (ex Los Tetas), Juan Sativo, Francisca Valenzuela y Anita Tijoux; por sólo mencionar algunos de los que le echaron una manito en su discacho Colour del 2009, y que este año tendrá su complemento con el devedé Live Colour.

Para el futuro más que cercano tendrá de compañero de banda a Eric Bobo, histórico percusionista de The Beastie Boys y los Cypress Hill; mientras que para su nuevo discacho (llamado Ritmo Machine) también le echarán una manito músicos de los grupos ya mencionados, además de los cabros de 311 y Control Machete.

"Siento que estoy inserto en la industria chilena, los consolidados se han acercado a mí para darme la mejor de las ondas y darme toda su disposición para cualquier cosa, lo que siempre se agradece".

PONLE OREJA EN LA WEB

Sapea al gratín los temas de esta banda en:

http://www.djbitman.com

http://www.myspace.com/latinbitman

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