La Pareja Perfecta fue la del amor

SANTIAGO.- Un episodio final para quedar tiritones y que tuvo de todo fue el que se vivió este viernes en la casona de Pirque, lugar donde se vivió la esperada finalísima de Pareja Perfecta. Así de claro, pues a pesar del frío que pelaba los huesos, las intensas competencias lograron calentar el ambiente tanto en la prueba misma como en las galerías.

La interminable jornada partió tiqui taca para la pareja conformada por Pedro Astorga y Maripi, quienes al ser los primeros clasificados pudieron elegir a sus oponentes en la primera semifinal. Y claro, los tortolitos no la pensaron tres veces para apuntar el dedo dúo de Seba Ramírez y la rica Angie Jibaja.

En esa instancia, la cosa estuvo bien peleada, pues las evas tuvieron ene atados para hacer pié entre puentes movedizos y escaleras, por lo que a cada rato perdían el equilibrio. De hecho, varias veces estuvieron a punto de irse de hoci a comer tierra.

Sin embargo, Pedro y Maripi pudieron sacar algo de ventaja y derrotar a Angie con el chascón Sebastián, quienes se quedaron con cuello de pasar a la gran final. Tras la primera pata, el otro hueco lo debían pelear El Huaso (José Gutiérrez) y la Negra (Paola Carnevali), quienes tenían que medirse el aceite con Rodrigo Valencia y Eugenia Lemos.

En esa onda, el pierno de la infartante Pilar Ruiz se tenía toda la fe del mundo, pese a que reconoció que le daba penita enfrentarse al Huaso, pues "lo considero un tremendo amigo".

La cosa es que se tuvieron que batir en un duelo a muerte, donde la pasada por los anillos marcó la diferencia, pues la potencia del Coco le permitió sacar ventaja, cosa que se tradujo en el paso a la final.

Con las dos semis liquidadas, el panorama estaba claro: Coco y Eugenia Lemos disputaban los 40 palos ante Pedrito y la rica Maripi.

La prueba era complicadísima, de alto esfuerzo físico y sicológico. Y así nomás se dio la cosa en la cancha, pues ambas parejas avanzaban a ritmos similares, lo que les metía más presión, sin contar los gritos de los enloquecidos seguidores que estaban instalados en la galucha.

Entre tanto metal, cuerdas y pentágonos giratorios, el gallito lo ganó Pedro y Maripi, quienes se transformaron en la pareja más bacán del cocido de la mula realidad.

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