No le han dicho "gorda lechona, anda a comerte los postres", pero la pobre Lady Gaga ha tenido que soportar que le digan "Porker Face" por los 11 kilates de más que exhibió en una presentación en Holanda.
La locaria estrella del pop aseguró que sus incipientes michelines se deben a una estricta dieta de pizzas y pastas, las cuales no puede dejar de engullir. "Me gusta comer. Soy una chica italoamericana", se justificó.
"La comida de mi padre es increíblemente deliciosa, pero cada vez que voy, engordo dos kilos. Mi padre quiere que coma en el restaurante y a mí me encanta", dateó a un programa de radio gringo mientras le daba el bajo a una olla de fideos.
Las lenguas de lijas más chaqueteras de la galaxia ya hacen apuestas sobre si Gaga podrá bajar los kilos que subió durante el último tiempo o si se dedicará a cultivar la ponchera como la rechonchita Christina Aguilera.