La segunda temporada de Prófugos, pomá que estrenó HBO Latin America, tiene a varios compatriotas sin habla, pegados a la pantalla enana. Si hasta los más intelectuales abandonaron al chascón Villegas los domingos para pasarse al cable (o YouTube) y ver la serie.
Pero, por qué los chilenos se pegaron tanto con la producción que protagonizan Benja Vicuña, Luis Gnecco y Néstor Cantillana. En LaCuarta.com recogimos las claves que dan la respuesta.
1
Actores criollos
Por primera vez una sola serie de tevé reúne lo mejor del "best seller" nacional. Actores reconocidos, queridos por la gallá, galancetes, chiquillas guapas y todos talentosos.
El elenco tiene entre sus caras a Benja Vicuña, Aline Kuppenheim, Amparo Noguera, Alfredo Castro, Paulina Urrutia, Pancho Melo, Antonia Zegers, Pablo Schwarz, Blanca Lewin y hasta Cristián De la Fuente agarró pega. Qué decir de Lucho Gnecco, que encarna al Pelao Monroy en Soltera Otra Vez y al mismo tiempo está en Prófugos con el maldito de Mario Moreno. Un crack.
2
En el terruño
Chilito es bonito, de eso no hay dudas. Prófugos muestra lo mejor de nuestros paisajes. Desde el norte recorre en imágenes la sequedad del desierto, pasa por Santiago dejándolo bien parado y sigue su viaje al sur, recordándonos que tenemos las mejores postales around the world.
3
Ficción/ realidad
Sea ficción o no, la serie engancha mucho con la realidad. Se notan algunos guiños al gobierno actual y hechos que marcaron los últimos años, como la tragedia que significó el incendio en la cárcel de San Miguel, donde murieron 81 reos.
Prófugos juega con la contingencia, la política, la corrupción y deja tiritones con sus escenas que no tienen límites. No importa quién sea, a cualquiera se lo pueden pitear en mitad de temporada.
4
Por donde caminamos
Prófugos es la primera serie criolla que muestra escenas de acción, balaceras, explosiones de bombas, volcamiento de autos y todas esas parafernalias que nos gustan en calles por las que comúnmente pasamos. Ahí se ve al Tegui Parráguez (Vicuña), Vicente Ferragut (Cantillana) y a Moreno (Gnecco) haciendo de las suyas. Demás que si íbamos pasando, hacíamos de extra.
5
Calidad internacional
La serie que comandan los hermanos Larraín y su productora Fabula en conjunto con HBO no tiene nada que envidiarle a las producciones gringas. La cámara está bien puesta, los efectos especiales sí parecen de verdad y el suspenso no da tregua. Al terminar su primera patita el diario Clarín de Buenos Aires la calificó como una de las mejores series del año y México, país de cuates, también se rindió ante el talento chilensis calificándola como una obra maestra.