¡Le funaron el carrete!

Que Justin Bieber no pensara que éramos puro griterío en el fin del mundo. Esa era la idea de la producción: que pudiera conocer parte de las bondades capitalinas. Y hasta el cierre de esta edición todo el tour Bieber quedó en nada, por temor a que las "fervientes niñitas" le rayaran la pintura al pololo de Selena Gómez.

Decían que Justin había querido ir a jugar golf y no pudo; también quería comer mariscos pero le advirtieron que mejor que no por lo furibundas que estaban sus adherentes en las afueras del Hotel W, donde incluso trataron de entrar a la mala en dos ocasiones.

Si hasta pensaron llevarlo a vitrinear alguna cosita en el pueblo artesanal de Los Dominicos (mismo paseíto que se mandó Miley Cyrus), pero mejor prevenir que curar.

¿Raya pa' la suma? El excesivo amor de su barra terminó dejando a Justin entre cuatro paredes, chupándose el dedo todo el día.

Daniela Troncoso (15) es una de las cabritas que de tanto hinchar en el cuartel general del mini campeón, logró hacer buenas migas con "Don Juan", el gerente del Hotel W. Así obtuvo datitos privilegiados sobre cómo el intérprete de Baby mató el aburrimiento.

"Me dijeron que ha pasado jugando PlayStation. El primer día que llegó quiso ir a la piscina porque tenía calor. Además que pidió que le cambiaran los juegos y se comió una hamburguesa", soltó la datera, quien se hizo popular por informar con megáfono de cualquier novedad a las histéricas chicocas.

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