León Murillo se reinventa como maestro chasquilla. El barbón lleva meses enchulando una antigua casona en Valparaíso, que pondrá en marcha para presentar shows de stand up y tener su escuelita de humor certificada por sus gaviotazos en Viña 2015.
"Llevo como cinco meses maestreando, echando abajo murallas, puliendo, restaurando", comenta el comediante sobre el espacio porteño que bautizará como Casa Vicente (en honor al taita de su jermu) y donde estará el MET (Micro Espacio Teatral) más un coworking (4 oficinas con espacio colaborativo).
- ¿Por qué elegiste el Puerto como sede?
-Tengo una sintonía muy profunda con Valpo, porque mi mujer, que amo profundamente, es de allá. He estado recorriendo Cerro Alegre los últimos 15 años de mi vida y es un lugar que me provoca cosas positivas. Imagínate que termino el taller de stand up que hago, camino dos cuadras paseando a mi perro y estoy en un mirador Atkinson. Es una calidad de vida muy distinta.
De viernes a martes, Murillo ha pasado aserruchando en el espacio ubicado en Urriola 637. "Solo tendrá 50 ubicaciones, lo lindo es que yo mismo refaccioné butacas antiguas de un cine".
-¿Choreó asientos de una multisala?
-No, me compré unas butacas de palo de un cine antiguo de San Bernardo que están transformado en iglesia evangélica. Las recuperé y hay un cuento bien bonito y de onda.
-¿Cuándo inauguramos?
- El 7 octubre se echa a andar, que será el egreso de mis alumnos de stand up que tendrán funciones todos los viernes. El 8 estaré presentándome yo y la idea es que se vayan presentando distintos shows de Santiago los días sábado.
-¿Y a sus pupilos los entrena en la "mirada del cocodrilo"?
-Absolutamente, hay mirada del cocodrilo 1, 2 y 3. Y los que no pasan tienen un reforzamiento.
Haciendo un alto en sus días de martilleo y serrucho, Murillo se presentará hoy en el Club Chocolate con su show "Chile a lo pobre, con más huevos que cebolla", a las 21.30. "Habrá un espíritu dieciochero y con el nombres del espectáculo que mejor mes y el 18 para poder presentarme".