LETY DEBUTÓ CON EL MIQUÉI:
Lety Martínez es estudiante de Recursos Humanos. Tímidamente nos contó que nunca se había atrevido a realizar la clásica posición de nuestro ratón favorito, pero que por amor a la barra se la jugaba.
"Estoy nerviosa en verdad, pero si me tienen paciencia, la lograré", se sinceró la ricura de 30 pepitas al diario pop.
Fue un asunto de minutos para que Lety entrara en calor y se mandara una infartante sesión gráfica con lo mejor de su bello repertorio.
Mientras posaba para la lente pop, la ricura dijo que acaba de volver a clases y soltó un buen consejo para todos los que tienen compañeritas y compañeros de oficina y se ilusionan con un "hola": "Las relaciones entre compañeros de trabajo nunca terminan bien".
- ¿Por qué tan tajante?
- Porque sí, y más encima puedes quedarte sin pega.
Y si de relaciones se trata, contó que está solterita, pero ojo chiquillos, tiene dos exigencias que son claves para conquistarla: "El hombre que quiera conocerme tiene que ser verdadero".
- ¿Y cómo te das cuenta si están vendiendo la pescá?
- Una siempre sabe, además apestan los que son falsos y superficiales. Además, tiene que ser menor que yo.
DUNNBO: "PUEDO CONTROLAR LA CALENTURA, PERO NO LOS TATUAJES"
Nuestro guachón Dunnbo de la semana es un mino con todas sus letras. Un hombre que ha hecho del movimiento de caderas su estilo de vida: el brasuca Thiago Cuhna.
En parloteó con La Cuarta, este morenazo de 1 metro 75 nos confesó que tiene una adicción... "Soy adicto a hacerme tatuajes, es algo que no consigo controlar, hasta la calentura yo he podido controlar con la edad, jajajá, y que me costó mucho, pero esto no".
"Encuentro que es algo muy mío, yo no me imagino sin tatuajes. Tengo tatuajes en casi todo mi cuerpo. Lo único que no me gusta es el dolor, pero ahora existen cremas anestésicas, así que soy feliz".
-¿A qué edad te hiciste tu primer tatuaje?
- A los 18, cuando llegué a Chile. No siempre me gustó, pero después me transformé. A los 16 como que me cansé de ser hueón y empecé a salir, a bailar y fui el primero en hacerme un piercing en la lengua de los niños de mi escuela.
-¿Y tu familia qué te dijo?
- Mi mamá me quería matar, bueno hasta hoy, porque ella es muy religiosa y no le gusta para nada estas cosas.
-¿Y a tu mujer le gusta que tengas tu cuerpecito pintado?
-Sí, le encanta porque ella también tiene. Por eso hacemos tan buena pareja.