''Los 80'': con calugazo de Juan y Anita los Herrera se despidieron para siempre

Después de tanta pellejería, andar como cordero degollado y hasta viendo que le comían la color, los guionistas de "Los 80" se paletearon con Juan Herrera y lo devolvieron al catre de su iñora, pero no sin antes darle unas ricas vacaciones con la hippienta Alejandra (Amaya Forch).

Bronceado y lleno de regalitos, el hombrón volvió a su casa con la chiva de invitarle un helado a su ex jermu y a su chiquitita. Ella le dijo que nones, pero que pa' la otra demás... Y la promesa la cumplió la patrona, pues el final de la serie del "13" le dio el gusto a toda la gallá que cortaba las huinchas por ver a los papis del Félix otra vez juntos. 

Las siete temporadas se sellaron con la celebración - situados en la actualidad- de los 50 años de casorio de la pareja, con las caritas llenas de risa, más tatitas, con pategallos y cabezas de ajo. Y además con la recachá de nietos. 

Con vida nueva, casa nueva en el Cajón del Maipo (ahí mismo donde vivía la Ale) y reunidos con todo el piño, los Herrera se sientan a revisar fotos antiguas y se dan un besote. "Parece que no lo hicimos tan mal", dice Juan, dando a entender a los tevitos que dejaron atrás el pasado agrio, pa' seguir juntitos para siempre. Con el remember, Tamara Acosta y Daniel Muñoz le dijeron chaolín a seis años de grabaciones, basada en la historia real de Chilito. El terremoto del 85, el plebiscito del 88 y todos los atados políticos y sociales de la década salieron al baile a través de la ficción.

Perdón

Mientras los papis volvían a hacer cucharitas, Félix, el grande y pelúo, se fue de tarro y contó a su padre que cuando chico su amigote Axel atropelló un compadre. Juan lo manda cascando a ver la familia del fallecido. El barbucho pidió perdón por el pastelazo y asumió que todos los meses les mandaba piolita 300 lucas. La viuda lo escuchó y le dijo que no quería más plata. El pailón al fin pudo sacarse la culpa.

Su merecido

El tantán también hizo justicia con el mano de guagua de Don Genaro. Consciente de que le quedaba la nada misma de vida, según le indicaron los matasanos, una vez que cayó al hospital. Pa' irse como un santo al cielo, el almacenero reconoció como hijo al Petita y le soltó todos sus bienes. Cuando tenía todo en la notaría, se entera de que no tenía pa' cuando ver el túnel, pues hubo un error. Quiso quitarle la herencia a su goma, pero ya era demasiado tarde. Petita, agarró el billete y se puso con una cadena de peluquerías.

COMPARTIR NOTA