Los Bunkers visitaron su primer depa en Chago... ¡y el conserje los volvió a echar!

"Jóvenes, les voy a tener que pedir que se retiren porque acá no se pueden sacar fotos... Así que vayan saliendo", fue la calurosa recepción que un pintoresco conserje le dio al exitoso grupo criollo Los Bunkers, mientras visitaban junto a ESP el imponente edificio que los acogió en Santiago, cuando dejaron  Conce para probar suerte.

Con cara de ¡plop!, los músicos recordaron en cuestión de segundos la dura pero inolvidable época antes de que le dieran el palo al felino.

"Así es acá. Una vez vinimos a filmar un video y nos echaron altiro. Dijeron que teníamos que pedirle permiso a un comité, ¡pero para qué!", comentaron.

Ubicado perpendicular a calle Rosal, en un antiguo departamento del barrio Lastarria,  vivieron desde el 2003 Francisco Durán (guitarra, piano y voz), Gonzalo López (bajo) y Mauricio Durán  (guitarra y voz), quienes pasaron miles de peripecias dentro de sus paredes: "Primero llegaron dos amigos penquistas, el Cachi y el Chico César, que empezaron a acarrear gente sólo de Conce por un tema de confianza. Pasó mucha gente por ahí, de todo tipo, varias pololas. Al final terminó siendo el centro de operaciones de nosotros, hacíamos carretes y se prestaba para muchas cosas", evocó Francisco.

El grupo, que también integran Álvaro López en voz y guitarra y Mauricio Basualto en batería, si bien no ensayaba en dicho depa, sí tenía la costumbre de poner la música a todo chancho y pegarse sus buenas chácharas con hartos copetelis  hasta entrada la noche.

"Ahí empezaban los problemas, porque si te ponías a conversar con la ventana abierta pasada la medianoche, llegaban guardias como el que nos acaba de echar a pintarte los monos", relató Mauricio Durán.

"Yo tuve algunas diferencias con los amigos que primero nos llamaron, me echaron y me fui a vivir al sexto piso del mismo edificio", recordó Francisco.

"Fueron lindos años, y obviamente que hubo miles de historias que no se pueden contar. Se fomentó la amistad y capaz que hasta mi hijo haya sido concebido ahí", agregó en tono picarón el mismo Mauricio.

Alcanzaron a vivir algo más de un año, porque de ahí se viraron de a poquito a México, país que ya los adora.

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