Los 80 ha revivido grandes momentos de la historia criolla. Y como la nueva temporada también trae hechos potentes para Chilito y los Herrera, quisimos recordar con ellos algunos de los que ya nos han sorprendido y hecho lagrimear.
Durante la nueva entrega, que parte esta noche, la visita del Papa y la corona de Chechi Bolocco serán algunas de las papitas históricas que se abordarán. Pero antes de eso, la trama le llevó desde el cometa Halley hasta el atentado a Pinochet, pasando por el terremoto del 85, que dejó a los personajes marcando ocupado y chantó en pantalla uno de los hechos más recordados de nuestra geografía.
Momentos que también se mezclan con las propias vivencias del clan, que se ha visto definido por cosas tan potentes como la golpiza a Martín, el amor clandestino de Claudita y la inesperada llegada del conchito, Anita.
TERREMOTO DEL 85 Y LAS NAVIDADES DONDE LOS HERRERA
Katty Kowaleczko nos contó que para ella "una de las cosas impactantes fue el terremoto, tanto como personaje como persona, porque fue el primer terremoto que pasé de forma consciente. Recuerdo que fue muy fuerte y tenía mucho miedo, yo lo pasé aquí en Santiago". "Lo bonito fue en la serie, porque todos los vecinos del lugar donde estábamos grabando nos ayudaron a recrear el momento, incluso nos ayudaban a mover las cosas". Otro cosa que destacó fueron "las Navidades en la casa de los Herrera, porque pasaron muchas cosas siempre para esa fecha, lindas y otras no, pero siempre marcaron un peak".
LA CONFESIÓN AGÓNICA DE DON GENARO
Fue un momento tragicómico. La revelación de Don Genaro a Petita, cuando el primero creía que se ponía el pijama de palo por tomar agua en mal estado, fue una de las escenas que sin duda dejó en llamas al gran Fernando Farías, que interpreta al vejete. "Le suelto que es mi hijo, pero después se lo niego, y le digo que es 'cacha de pirata' y termino haciéndome el leso", dijo, comentando también que, lo más inolvidable de cada temporada, es la "gran unidad del equipo. Por ejemplo, cuando armamos un hecho histórico como el terremoto, me sorprendió ver cómo todos participamos en que saliera bien. Y eso, uno lo recuerda y agradece".
LA GOLPIZA MALETERA QUE MARCÓ A LA FAMILIA
El capítulo se llama Una Navidad para Martín. El segundo hijo de los Herrera ve cómo se destruye su sueño de ser piloto, tras sufrir una golpiza maletera por parte de un ricachón alzao. “Eso definitivamente para mí marca la historia de la familia. Siento que es cuando le empiezan a pasar cosas malas, y es un hecho que los hace sufrir a todos”, nos parloteó la querida Anita, interpretada por Tamara Acosta.
La actriz recuerda este momento más que cualquier otro histórico, ya que “define a los Herrera y los hace unirse. Es de las primeras cosas terribles que les pasan”, dijo.
“LA ANTESALA DE LO QUE VENÍA”
“Una de las cosas que mostramos más importantes, creo yo, es el caso degollados, por lo impactante que fue, los secuestraron del colegio y luego aparecieron muertos en la calle”, destacó Loreto Aravena.
Otra cosa que cree importante es “el atentado a Pinochet y la crisis del 81, porque mostró una antesala de lo que se venía, el derrocar a Pinochet no sólo desde las palabras, sino que desde la presión. Muestra que la gente que estaba en contra ya no era solamente en las protestas”.
LA CESANTÍA Y EL AMOR VIOLENTO
Otro que parló de los hitos ochenteros, fue Daniel Muñoz, el patriarca de los Herrera. Para él lo que se remarcó en la serie “fue la cesantía que se vivió en esos años, y en la serie se demostró en los personajes y cómo tienen que afrontar la situación”.
Lo otro fue “cómo sufrieron el terremoto los personajes, y por supuesto el amor violento de Gabriel y Claudia, y cómo se toma el punto de los movimientos como por ejemplo el Frente Patriótico Manuel Rodríguez.
LA MUERTE Y EL RETORNO
Daniel Alcaíno, recordó como un “hito muy importante la muerte de Gabriel (Mario Horton), porque muestra una realidad que sufrieron muchas personas”.
Otra cosa que también recalcó, fue “la vuelta de Claudia (Loreto Aravena) a la familia, que tenía a los Herrera como una mesa coja, que muestra la realidad de muchas familias que se reencontraron luego que uno de ellos tuviera que irse, completando nuevamente el núcleo”.