Más de cien días han pasado desde que una combinación de famosos y desconocidos ingresaron a una casona de Calera de Tango para protagonizar el reality Año 0, de Canal 13.
Desde entonces un lento batallar por rating acompañó a la pomada de telerrealidad, que pese a tener un inicio a la velocidad de un tractor, por estos días pica igualito al Porsche del Ñatito Morandé.
Es que con el tiempo, y una que otra pichicateada en el elenco, la barra se agarró firme de las historias que cuatro veces a la semana emite el 13.
Claro, los mejores enredos nunca salieron al aire y como La Cuarta Espectacular es seca pa' meterse en los "secretos mejor guardados", hoy les contamos todas las papitas del reality del momento.
Luego de pasar una semana como literales vecinos de Año 0, logramos (desde ubicaciones privilegiadas) cachar todos los movimientos que implica la realización del programa.
Secundados por una serie de vecinos, temporeros e incluso ex participantes y trabajadores del canal, ESP logró identificar los dos principales conflictos que han ocurrido desde enero a la fecha en el espacio tevito. El primero ligado al sexo al interior de la casa estudio, y el segundo relacionado con una grave herida que estuvo a un paso de mandar toda la producción al tacho de la basura.
Pero vamos por partes, porque este cuento tiene más actores que teleserie brasileña. Pa' que cache, diariamente 106 personas se movilizan para que la pomada vea la luz.
De ellos, 12 son camarógrafos (que se reparten 6 cámaras broadcast y 2 portátiles de emergencia), 13 son productores, 9 guionistas, 7 vestuaristas y 5 profesores.
Del total existen dos turnos fijos, uno de 40 personas para registros nocturnos, y otro de 50 pa'l sapeo diurno.
Mientras tanto, 10 maestros más un jefe y tres productores están a cargo de inventar e implementar todas las pruebas del cocido, mismas que al igual que todos los videos son editadas por 12 capos de la posproducción.
Cierra el lote un considerable número de guardias (algunos armados) que vigilan las inmediaciones. "Desde que entró el pololo de la Rancherita y equipos de otros programas comenzaron a merodear, que se pusieron más brígidos", contó un ex participante.
La vida diaria de los cabros transcurre principalmente al interior de la casa, aunque varias veces meten boche en la parte trasera del recinto.
"Aquí los escuchamos gritar y a veces vemos cómo se van pa' las arboledas, o pa'l sector de la laguna", confesó Juan Martínez, temporero y vecino del reality.
"Los fines de semana hacen fiesta en las noches", agrega otra trabajadora que prefirió no identificarse.
Claro, son los mismos participantes quienes pueden contar la verdad de la milanesa, y dos de ellos se fueron de casete.
"Lo más cuático del encierro era la abstinencia, aunque eso sólo lo respetaban algunos", contó un ex sobreviviente. "Muchos piensan que Roxana es la más fogosa, pero ella vende la fantasía de la conejita nomás. Lejos los más hot del encierro son Tanza y Claudio", agregó en la sincera.
Coincidió con la fuente otro concursante recientemente egresado, quien reveló: "La cosa se había ido de las manos porque atinaban en la misma pieza, poh. Eso recién paró cuando Morón y Mario reclamaron porque Tanza (Varela) y (Claudio) Valdivia lo hicieron un domingo a las 3 de la tarde, en plena siesta y sólo tapados con una frazada".
"De ahí en adelante todo quien quisiera tener intimidad se iba a dos lugares: La pared detrás del quincho y la pared de marmolina blanca que está detrás de la piscina. Esos son de los pocos sectores sin cámaras", añadió.
Y al parecer Tanzita se las trae porque, según el mismo datero, "cuando ella y Valdivia terminaron por el tema de las cartas, Tanza comenzó a pinchar con un asistente de cámara de nombre Juan, quien despareció de un día para otro cuando descubrieron el romance. Yo cacho que era pa' puro sacarle pica al Claudio".
Como fuera, la flor murió ahí mismo nomás.
"En un momento fueron tantas las fugas, que a ciertos participantes les dieron acceso a internet para que no se arrancaran", parló un datero.
Es que si Véliz y Menares fueron expulsados del brillo por irse de tomatera en la casa de un vecino (el último ya volvió al encierro),varios se salvaron jabonados de la PLR.
Eso sí, hubo algunos que estuvieron a un paso de irse, pero por propia voluntad y con cuática, como fue el caso de Frank Lobos, quien ofuscado tras ser herido de gravedad en su ojo durante un brígido ataque de los ninjas, amenazó con demanda al 13.
"Dijeron que fue un palo, pero la verdad es que a lobito le llegó un postonazo cerca del ojo. Se lo tuvieron que llevar de urgencia a una clínica donde fue sometido a una cirugía para salvarle la visión. De ahí que no compite, al parecer llegó a un buen arreglo", admitió un ex encerrado.
"Hasta que me fui no podía tomar sol ni exponerse al humo o el esfuerzo físico", agregó el testigo, quien aseguró que en el mismo entuerto "Pichu y Pangal recibieron varios postonazos".