A Luis Andaur se le conoce por ser un hombrón que a punta de su bicicleta y las patas, ha llegado a lugares donde el diablo fue a perder el poncho, pero según contó, este proyecto que ya esta saliendo por las pantallas de Mega, “Bicitantes”, tiene muchos mas ingredientes que sus calugazos con serpientes. “Lo que me tiene más contento de este proyecto es que nos permite aportar mucho más desde el punto de vista de la cultura, sin dejar de lado la locura que nos caracteriza (los animales), y la empatía con la gente”.
- ¿En qué se diferencia al resto de tus programas?
-De partida no es tan monotemático con el tema de los animales. Aquí no se deja claramente, pero se muestran cosas como que antes era muy extraño pillar gente de otros países donde íbamos, y ahora eso ha cambiado. Nos encontramos con muchos chilenos incluso.
-¿Cuál es la experiencia que entrega el programa, que no se pueda disfrutar como simple mortal?
-Es que mostramos lo que no cualquier turista puede ver, por ejemplo, estar con los animales en su estado más puro y salvaje. Es por eso que lo que entregamos es la sensación de que el turista pueda desde el sillón de su casa sentirse en estas situaciones, además que nosotros damos una mira muy subjetiva con las cámaras.
-¿Cómo lograron darle ese toque especial?
-Bueno, estamos trabajando mucho con drones para las imágenes lejanas. También son las cámaras que llevamos, yo una y otra mi camarógrafo. Utilizamos implementos específicos que ayudan además a elevar la calidad del producto, así que es otra percepción de lo que ya se hizo. Además que hay un guion muy potente que seguimos.
-¿Seguirás como te hemos visto antes, interactuando firme con los animales?
-Claro que sí, en el capítulo pasado pudieron ver cuando le di un beso a una cobra y cuando tomé al dragón de Komodo.
-Ya te mordieron una vez, ¿no te da cosa?
-Esa vez fui mordido por una víbora, pero me hago absolutamente responsable de ello. Lo que pasa es que muchas veces se sienten atacados por el ser humano y por eso responden, como también puede pasar que si arrancas de un perro él te va a perseguir y morder, lo mismo que con un elefante o un león. Ahora hay una actitud totalmente distinta cuando estás en la selva y puedes vivir una algo distinto.
-Dentro de las cosas que se mostrarán en esta temporada, ¿hay algo que sea fuera de lo común?
-En India vivimos varias cosas. Una fue el estar en un cementerio en que dejaban a los cuerpos encima nomás, no los sepultan. O partes en que por ejemplo pasa un tren, y hay una feria, y la gente saca sus productos, pasa el tren y los vuelven a poner, tan bizarras como esas y que las logramos registrar porque no tomamos el catálogo del aeropuerto.
-¿Qué más nos puedes adelantar?
-En una oportunidad entramos a un templo en Tailandia, en que uno no se puede meter con cámaras ni grabar, y nosotros lo logramos. Donde no pudimos, utilizamos los drones.
-¿Y sólo dos personas hicieron toda la pega?
-Sí, Thompson (su camarógrafo) y yo. Entre nosotros tenemos una regla, que es que no importa lo que esté pasando, no hay que dejar de grabar, la que lleva mucho tiempo, hemos zafado de mucho y por suerte no nos ha pasado nada.
-En tu experiencia, ¿qué es lo más peligroso de estos viajes?
-Yo creo que aunque hay que tener cuidado con los animales, hay que tenerle más cuidado a los seres humanos de los países donde se va. Por ejemplo, nos ha tocado estar en un bombazo en Tailandia, o en el lugar donde fue el genocidio de los Hutus y Tutsis en Ruanda. Pero hay que planificarse bien, y no pasa nada.
- ¿Qué se va a ver en el capítulo de mañana?
- Vamos a mostrar la misma isla donde se filmó la película “La Isla”, de Leonardo DiCaprio, en Indonesia, que muestra que es casi selvático, pero no es tan así la cosa, e incluso la contaminación es parte del entorno, vamos a mostrar la verdadera cara de ese lugar que es tan famoso.