Ambas se hicieron amigas haciendo campaña en La Pampilla desde el primer día de votaciones, y ayer una salvó a otra.
Es que a pocas horas de cumplir con sus mentadas performances ante más de 50 mil personas, a la uruguaya Tamara Primus le llegó una noticia que la hizo mirar al cielo pa' exigir una explicación.
Había pasado una pésima noche acompañando a su perro "Kongo", al que llevó grave a una veterinaria de Coquimbo, y cuando por fin se volvía a concentrar en el concurso de popularidad de la Reina de La Pampilla, comprobó que el vestido que había encargado para realizar su masivo show... ¡era el equivocado!
Desesperada, contó el dilema ante sus compañeras, y recibió el rápido apoyo de Luli, quien la asesoró y le prestó la ropa que finalmente utilizó en su destapado baile electrónico en onda afro de anoche.
"Ella me salvó. Era ponerme eso o nada", contó más tarde la Primus, quien igual tuvo que meterle mano al traje, para no arriesgar su pega en Calle 7. "Le hice un arreglo para que no se me viera tanto la cola", explicó la chiquilla, preocupada por el microbikini que le tapó lo justo y necesario.
"Hay que ser solidarias con nuestras compañeras", dijo Luli por su lado.
Las performances se llevaron a cabo a eso de las 21.30 horas de anoche, comenzando con un cototo flamenco de Carola Oliva, quien entre tanto meneo dejó escapar una de sus callaguaguas.
Le siguió Belén Hidalgo, quien pese a ser recibida con pifias y tallas por el fin de su relación con el Negro Piñera, igual logró conquistar al respetable con un baile pascuense que sacó más de un aplauso.
Al terminar su intervención la rubia dijo: "Me quedaría viviendo en Coquimbo", y la gente respondió ¡zaaaa!.
Tras cartón fue el turno de Tamara, quien fue seguida por su madrina, Luli, quien dejó la grande con un reggaeton con harto perreo y acrobacias.
Hoy a mediodía las candidatas realizarán su piscinazo en el pirulo hotel Mistral, de La Herradura.