María José Prieto tiene como potro a Cristián Campos

Cristián Campos está a tan solo tres añitos de soplar 60 velones, pero se gasta un forro más apretado que las patas de canario de Karol Dance.

Desde la era jurásica que el actor que se puso la sotana del Padre Hurtado siempre le ha hecho la cruz a la guata 'e pan, y más extremo se puso aún desde que lo ficharon pa' salir a cuero pelao en "Las Vega's", del 13. "Estuve ocho meses comiendo puro pasto. Nada de pastas, de papas, de copete", es lo que el madurón debió hacer pa' ser "Coto", el bombero califa del sucucho del placer.

El na’ ni na’ de comistrajo lo complementó con “una rutina de trote diario y fuertes piques, natación y levantar pesas y fierros”.

En nueve meses bajó seis kilos con la boquita bien cerrada y métale gimnasio, aunque su mayor secreto fue y es la mano firme de su pierna suave, María José Prieto.

La actriz de 36 primaveras es profe de yoga y desde que lo flechó lo mantiene a raya con el ejercicio y la dieta. Nada de fritangas ni piscoleos.

“A Cristián lo tengo tiquitaca hace 10 años. Es típico que el hombre chileno se casa y saca la ponchera altiro, pero Cristián es súper mateo, tiene mucha voluntad y es estricto a la hora de hacer las rutinas... Él hace yoga conmigo y natación”, da la receta.

- Hay que decir que tienes harto buena mano, chiquilla.

- Claro, jajajá. Sé que en Twitter las mujeres están on fire.

- Hay varias cochinonas que lo quieren con su manguera a domicilio...

- Bueno, cuando estaban grabando la teleserie llegaba a la casa y me mostraba el nuevo baile, jajajá. Me gusta ver estos personajes sin pudores, se nota que lo pasaron súper bien haciendo los bailes y el caño...

“LOLO” CAMPOS LLEVA TREINTA AÑOS HACIÉNDOSE EL LINDO

Tan solo cuatro añitos tenía María José Prieto cuando Cristián Campos empezaba en las telecebollas, actuando en “La Madrastra”,  de 1981. Un jovencito  de 25 años, guapetón y empeñoso, mostraba sus dotes en la tele. De ahí Campos siguió agarrando papeles de galancete en Canal 13. En  “Marparaíso”  se puso un ojo blanco para ser el malvado, pero terrible de califa, Iván Andrade. En “Cerro Alegre” se hizo el buenito como Adriano Ferrer y más adelante, en “Machos”, la rompió como uno de los más enamorados del familión  Mercader. Entre medio de tanto papel de hombrón irresistible, en 1990 le cayó del cielo un rol totalmente distinto y que lo marcó. Cristiancito cambió las camisas de seda por la sotana de la serie sobre el padre Alberto Hurtado. Para muchos ese protagónico le valió que dejaran de pelar que sólo servía para interpretar a príncipes azules.

En su carrera también destacan películas como Sussy y Johnny Cien Pesos.

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