El enredo entre Marlen Olivari, un petazeta llamado Adrián, de 19 años, y su ex polola Katarina Crawford, prima de la modelo top, es para marear a cualquier cristiano.
El lunes, la Olivari llegó con este cabro flaco a su cumpleaños. El miércoles apareció Katarina contando que su relación con aquel se acabó cuando supo que iría al apio verde como "damo de compañía" de la otra. Y ayer para redondear el chamullo, Marlen metió cuchara para defender su salida express con el chiquillo, hasta entonces anónimo total en el mundo farandulero.
"Lo conocí en la casa de unos amigos y simplemente le pregunté si quería acompañarme a mi cumpleaños (...) No necesito pagar para que me acompañen a alguna parte", aclaró sin culpa.
Este individuo fue su "compañía" aquella noche porque "me cayó bien, lo encontré simpático... Lo invité, dijo que sí y bien", apuntó la musa de Che Copete.
En su inocencia, nótese, nunca se calentó el mate si el lolito tenía pierna suave, si "tenía 19 ó 24 si quería televisión".
NO MOLESTAR
Lavándose las manos en torno al quiebre de la pareja, comentó que justamente después del revuelo y el desquite de la Crawford chilena, quien dijo a este diario que el encuentro le olía "bastante a tongo", su intensa amistad de tres días con el queteconté quedó stand bye.
En resumen: "No he hablado más con él... No quiero molestar más en esa relación. Espero que ella comprenda y lo perdone porque no ha hecho nada malo".
¿puro amor? Dando totalmente vuelta la tortilla, haciéndose a un lado, la ex del "Peluche" Dueñas completó sus declaraciones con que estaba segura de que Katarina y Adrián retomarían su pololeo.
Que se notaba que la joven está enamorada de él; por lo mismo salió a descuerarlo: "Seguramente quiere denostarlo un poco porque está molesta, pero yo no lo conocía de antes y no creo que se dedique a eso (damo de compañía)".
Carolina Ruiz M.