El Hotel Hyatt será hoy el centro de operaciones de Maura Rivera.
La danzarina, que a las 19 horas se casa con el pelotero Mark González en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen en Ñuñoa, tiene lista una mansa suite reservada en el pituqueli hospedaje. Primero la usará para hacer la previa antes de llegar al altar, y después, en su noche de bodas.
A eso de las cinco de la tarde, la ex amiga de Nelson Mauri y Yamna Lobos tiene previsto llegar al lugar con un séquito de estilistas y ayudantes de su extrema confianza. Entre las cuatro amplias y olorositas paredes de su habitación, se chantará el traje de novia y se amononará de pies a cabeza.
La diseñadora top Millaray Palma le llevará en persona el vestido que Maura le mandó a hacer con cola larga e inscrustaciones de cristales de la fina marca Swarovski. Todo, no en color blanco patúo, sino cremita brilloso.
"Es elegante, sobrio, moderno y especialmente sentador para su figura. Ella tenía una idea súper clara de cómo lo quería...", detalló Palma al diario pop, mientras le pegaba la última encachá al modelito, luego que Rivera se lo probara por última vez, a mediodía.
Tras la ceremonia religiosa, la cosa sigue a todo comistrajo y ritmo en el Hyatt. A las 22 horas está coordinado que el matrimonio llegue a la celebración que partirá con un cóctel en los jardines del hotel. Enguatados con los petit bouche y aperitivos de colores, los cerca de 300 convidados pasarán de ahí al salón Ballroom a degustar la cena. Una entrada de strudel de centolla, carne de fondo y varieté de postres, son parte del menú.
Para mover el esqueleto, la pareja contrató los servicios de la Sonora Palacios Jr., más la orquesta del recinto y el canturreo de su amigui y ex Rojo Juan David Rodríguez.
La decoración de techo a silla correrá por cuenta del productor-opinólogo Willy Geisse. Según cercanos al festín, rosas y un estilo romántico es el toque por el que se la jugará el sociate, conocido por armarle el carrete y casorios a varios carachos, como fue el caso de las segundas nupcias de Seba Rozental, el 25 de diciembre pasado.
