La escultural actriz Megan Fox , quien hasta hace poco era considerada la más hot y regia de Hollywood, por estos días se encuentra en el centro del pelambre por estar más chupada que bombilla de cumpleaños. Megan luce una talla de un pitufo de 8 años y la razón por la que está hecha una huesera es una estricta dieta que consiste en no pasarse de las mil calorías diarias.
"A Megan puede que le guste su aspecto, pero sus piernas son demasiado delgadas y no escucha a nadie que intente decirle que suba de peso", declaró un cercano a la flacurri a la revista británica "Now". Pese a las críticas y lo poco rellena que se ve, la gringa se siente más hermosa que nunca y no está ni ahí con volver a su antiguo ancho.
El año pasado al director de la exitosa saga Transformers, Michael Bay, tampoco le gustó que la maniquí perdiera sus generosas curvas y hasta le exigió subir unos kilates para seguir en la tercera parte de Transformers. Megan, entera de chúcara, no pescó a Bay y decidió virarse del taquillero proyecto, siendo reemplazada por la carnudita Rosie Huntington- Whiteley.