Desde que Albertina figuró en el cocido de Chilevisión, Talento Chileno, que no ha dejado indiferente a nadie. Diva, sexy, irónica y con una boca que deja la escoba, la muñeca ha cautivado a peques y viejotes.
En una entrevista exclusiva con La Cuarta, la trigueña abrió su cuore y nos contó más de algún secretito que de seguro dejará la mansaca.
- Ahora que la estás rompiendo en la tevé... ¿Te acosa mucho la gallá?
- No, para nada. Ha sido genial todo lo que está pasando. Es lo que me interesa, he trabajado para eso. Me fascina la fama.
- ¿Has firmado muchos autógrafos?
- Me gustaría, pero la Claudia (Candia, su dueña) no me saca de su maleta, es súper envidiosa. Si gano Talento Chileno estará jodida, tendrá que sacarme, pues soy la protagonista. Es que todos me miran, me miran, me miran...
- ¿Estás pololeando?
- Estoy soltera y sin compromiso.
- ¿Y tienes algún pretendiente o eres solterona fanática?
- Tengo varios, pero no puedo comprometerme con ninguno. Todos me adoran, incluso Shrek me llama a cada rato. No sé qué hacer con él.
- Entre Pinocho y Melame... ¿Con cuál te quedas?
- ¡Aaah! con Melame ni cagando, pero Pinocho es mi amor. Lo amo, es que me encanta cuando me miente.
- ¿Por qué le haces la cruz a Melame?
- Él es de mentira, no es verdadero. Ahora, si me gustaran los humanos, tendrían que tener cara de muñecos como: Felipe Camiroaga, Benjamín Vicuña o Jordi Castell.
- Pero algún encanto tendrá el chiquillo...
- No, es feo y falso. Además, se ríe de la ventriloquía.
- ¿Crees que es la oveja negra de los muñecos?
- Insisto, Melame es feo y no me gustan los muñecos así.
- ¿Cómo te llevas con Claudia?
- Súper bien, hasta que la Claudia comienza a decir "¡esta muñeca cu...!" o "¡esta muñeca me tiene chata!" Entre nosotros, me tiene un poco de envidia.
- Y si ganas Talento Chileno... ¿Te vas a independizar?
- Si eso pasa invitaré a algunos muñecos y haremos un tremendo carrete para pasarlo la raja.
- ¿Algún recadito para la barra pop?
- Que sigan apoyándome, porque soy un talento chileno. Lo que tengo que decir, lo diré. ¡No me voy a quedar callada ni cagando!