Diego Muñoz encuentra tan re fea su versión femenina de la machucada Valentina Infante, que diez piscolas al seco serían pocas pa' engrupirse a una chiquilla que se le igualara.
"Me veo horroroso, ni siquiera me he querido ver mucho en la tele porque me veo feo, poco estético", dice el protagonista de la telecebolla "Dos por uno", de TVN, luego de su comentado estreno del lunes.
El rucio quedó marcando ocupado con su facha de minoca, aunque dicen que el que está con más trauma es su socio Pancho Melo, el jefazo Gonzalo Meyer, que en la trama se enamora como tontín de la "bonita", sin sospechar que es un macho camuflado.
“Lo que pasa es que tengo detalles estéticos que no podré borrar nunca, como el grueso del cuello y las manos”, se excusa Muñoz por no quedar tan finita como hubiese querido, y eso que bajó seis kilos antes de meterse en el personaje.
- No es llegar y verse rica, Dieguito.
- Es súper doloroso vestirse de mujer. No entiendo cómo pueden diseñar algo así, esos tacos. Duelen mucho los pies. La depilación igual... Es algo inhumano que no debería estar diseñado para el cuerpo.
- ¿Y cómo te ha ido con la ropita interior?
- No uso... Me ponen un enterito, como esos trajes de baño antiguos. Ahí van las prótesis, me ponen caderas, el poto y las pechugas.
- Eres como la hija perdida de la Angela Smith de Mauricio Pesutic (ver nota secundaria).
- Nunca pensé en hacer una mujer joven, por mis rasgos no puedo, así que por eso es más mayor.