Nunca le llegó su remedio y murió

En poco menos de un mes un repentino cáncer avanzado a la vesícula se llevó la vida de Sarita Vásquez (1947). La querida empresaria en el rubro estético falleció ayer a las 12.50 en su hogar en Lo Curro, rodeada de su familia.

Fue todo muy rápido, pero Sarita siempre pensó que saldría adelante ante la adversidad. "Primero sólo sintió un dolor. Se tomó Omeprazol, Ranitidina, y bueno al tercer día la llevamos a la Clínica Alemana. El doctor Rodrigo Zapata le hizo estudios gastroenterológicos y pidió de inmediato tomar pieza. A las 8 de la noche la estaban operando y de ahí nunca más se repuso. Estuvo cuatro días, la llevamos a casa y después volvimos, ahí nos encontramos que había un cáncer generalizado. No teniendo jamás un dolor, no teniendo nada. Imagínate que venía llegando de fuera del país", comentó a La Cuarta su hermana Marlén, aún consternada.

"La quimio no la soportaba así que buscamos de todo", agregó. Desde hierbas naturales y cataplasmas de barro ayudaron a aliviar el dolor. Incluso, relata que recurrieron a los misteriosos monjes brasileños.

Curanderos que a distancia y en días específicos, visitan espiritualmente al enfermo durante cuatro días, y que deben ser esperados acostados, con una sábana blanca y un vaso de agua mientras todos sus cercanos rezan. Lamentablemente, poco se pudo hacer en este caso, ya que el maldito cáncer ya había avanzado demasiado, truncando el anhelo de la oriunda de Linares por recuperarse y propagar el mensaje de que ante cualquier dolencia estomacal, la gente debía reaccionar rápido e ir al médico.

- Marlén, ¿es cierto que pidieron medicamentos y máquinas a EE.UU.?

- Sí, encargamos unas máquinas. Le iban a poner unas células madre que se comían a las malas, íbamos a traer unos vanitorios con electrodos iónicos e incluso encargamos remedios. Todo llegaba la próxima semana, pero no se alcanzó.

-¿Pensaron en llevarla fuera de Chile?

- Le pedí al doctor llevármela a México o Cuba, pero me dijo que no alcanzaba porque a ella le daban tres días de vida.

Sarita estuvo en el hogar que compartía con su hermana Marlén y en el que juntas lograron reunir una gran cantidad de animales exóticos como faisanes, garzas, cisnes y pavos reales. No podían faltar los gatos, que ambas rescataron de la calle más los poodles "Jackie" y "Quimbo".

El famoso perro "Chalito", de la misma raza, fue uno de los más fieles ante el sufrimiento de su dueña. Mientras la experta en maquillaje había dejado de hablar en los últimos tres días, su mascota regalona lloraba a su lado y también caía en desgracia. "Chalito está enfermo, hace días que no come, ni toma agua. Los perros perciben lo que pasa y pensamos que probablemente vaya a morir de pena", comentó el periodista Francisco Moreno, incondicional de la maquilladora, quien también se hizo presente antes del trágico desenlace.

En 1981 Sarita Vásquez perdió a su padre, el conocido pastor Joel Vásquez, su madre y a su hermano en un accidente carretero. De ahí en adelante, decidió ayudar en la crianza de sus dos sobrinas pequeñas, Carolina (actualmente profesora de Enseñanza Básica de Linares) y Verónica (estudiante de Derecho, que congeló sus estudios tras casarse y formar familia).

Ambas acompañaron a su amada tía en los últimos momentos. Tanto era el amor que le profesaba Sara a sus "casi hijas" que en caso de que Verónica retomara su carrera, la empresaria ya tenía dinero para ayudarle a costearla.

Dos servicios religiosos en su memoria se realizan hoy: uno a las 11 de la mañana y otro a las 20 horas, en la Catedral Evangélica de Maipú. Su funeral será mañana, a las 11.30, en el Parque del Recuerdo.

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