Con una vida tan de película como sus legendarias interpretaciones, Elizabeth Taylor encarnaba a la perfección lo que significaba ser diva en el Hollywood clásico: Ocho matrimonios, siete maridos, una vida rodeada de lujos, conocido era su amor por las joyas y pieles, y excesos.
Todo eso la convirtió en diva y según sus cercanos ahora su muerte la transformará en mito. ¿Pero qué hizo que esta mujer perdiera la brújula? Según sus amigos, la muerte del amor de su vida: Richard Burton.
"Fue su tiempo más feliz", declaran sus cercanos. "Después de él, nada fue igual en su vida", dicen otros. "Trató de buscar un amor igual, nunca lo encontró, aunque tuvo grandes hombres en su vida", dicen sus biógrafos.
"¿Alguien te ha dicho alguna vez que eres una chica muy bonita? Yo pensé: El gran amante, el gran ingenioso, el gran intelectual galés y sale con esa frase cursi. Pero entonces me di cuenta de que sus manos estaban temblando como si tuviera la parálisis del sábado por la noche. Tenía la peor resaca que había visto en mi vida. Y estaba claramente aterrorizado por mí. Simplemente me dio pena y me di cuenta de que era humano. Ese fue el comienzo de nuestra relación", recordó ella, según un cable de la agencia EFE.
Fue una larga historia de amor que no acabó ni con la muerte del actor galés. La protagonista de La Gata sobre el Tejado de Zinc confesaría años después de la muerte de Burton que aún conservaba sus fotos, sus cartas y sus recuerdos. Y que Burton le había escrito una carta unos días antes de su muerte en Suiza en 1984, en la que hablaba de la posibilidad de una reconciliación.
Tras el encuentro en el rodaje de Cleopatra llegó una primera etapa de amor y pasión dentro y fuera de la pantalla, que acabó en 1964 en el primer matrimonio de la pareja -segundo para él, quinto para ella.
Su relación era en todo momento extrema y excesiva, pasaba del amor al odio, del rechazo a la dependencia absoluta de una manera tan brutal como pública. Con pocas y precisas palabras, Burton definió su relación: "Podría escapar de ella durante miles de años y seguiría siendo mi bebé. Nuestro amor es tan violento que nos abrazamos mutuamente".
Una relación autodestructiva que les impedía vivir juntos o separados. El primer divorcio llegó en junio de 1974 y el segundo matrimonio en octubre de 1975.
Apenas unos meses -hasta agosto de 1976- duró la segunda tentativa para un amor que, sin embargo, no se apagó.
Pese a los matrimonios posteriores de ambos, siguieron manteniendo un estrecho contacto y sus conversaciones telefónicas duraban horas.
CONOCIDA POR SU VIDA PRIVADA
Para el crítico de cine, Daniel Olave, con la muerte de Taylor se va uno de los últimos mitos de Hollywood.
"Su vida privada y su trabajo van de la mano. Las nuevas generaciones hablan de sus matrimonios, de su amistad con Michael Jackson y de su participación en Los Picapiedras", comentó Olave, quien considera que la cinta más recordada en su carrera fue y será Cleopatra.