"No fui de vacaciones, fui realmente a sufrir. La experiencia fue durísima", declaró el dolape O'Ryan al pisar terruño nacional luego de su pasada de 10 días por Japón donde se pegó el intensivo para quedar afinadito como el mítico Sr. Miyagi.
"Fue más duro de lo que pensé. Ahora sí que la mano viene dura. Tienen que ver todo lo que hicimos para creerlo", soltó el comandante que tras su segundo paso por tierras niponas sacó toda la onda zen como para bancarse 24 horas de vuelo, ida y vuelta, y aterrizar con una sonrisa de lado a lado.
- ¿Qué hizo en las tierras del sol naciente, senséi?
- Fue un entrenamiento para mí, un crecimiento personal mío más que nada. De repente es bueno que el comandante sea aprendiz, porque para exigir hay que bajar. Así que ahora estoy en condiciones de apretar bien a los niños.
- ¿Se enchufó con toda la energía milenaria?
- Todo lo que es místico y espiritual se siente. Más todavía en todos los templos que visitamos.
- ¿Qué fue lo que más te llamó la atención?
- La disciplina, la limpieza y el respeto, entre otras cosas.
BUENA COMPAÑÍA
Apenas pisó el aeropuerto Karen Doggenweiler, quien llegó junto al dolape, se tiró de una a los brazos de su amado Marco Enríquez Ominami y comentó que parte de su laburo fue hacer la introducción de las actividades del comandante.
Pero quien aprovechó de tirarle flores a la pega que se mandó O'Ryan fue el propio productor general del reality, Nicolás Quesille. "René tuvo un rol destacado en Japón, nos dejó impresionados con lo que hizo. Todos sabemos que es formado en la Armada y creo que esa experiencia la supo aplicar", indicó.
Quesille agregó que el reality no se volverá una escuela de patadas y llaves cuáticas a lo Karate Kid. Además, echó abajo cualquier posibilidad de que Kenita se sume a la pomada como "anfitriona" aunque aseguró que están en conversaciones para que se integre de alguna manera.