Que millones de personas en el mundo y miles de agrupaciones moralistas critiquen al cine porno por sus nocivos efectos en la gente no es novedad, dirá la barra pop "arroun the guol", pero lo que sí tiene agarrados de la cabeza a dos manoplas a los californianos son los últimos dichos de la exconejita Playboy y rostro amable de la serie "Baywatch", Pamela Anderson.
Resulta que la ya cincuentenaria minurri, famosa a nivel mundial por sus osadas sesiones de fotos a potope en la revista del conejo califa, alguno que otro video pasado pa' la punta con sus exparejas y sus sexies personajes en un lote de series de tevé y pelis del cine, se mandó flor de editorial en el afamado periódico gringo "The Wall Street Journal" (que firmó junto al rabino Shmuley Boteach), donde no dejó títere con cabeza al pelar hasta el fondo al cine triple equis.
"Tenemos que educar a nuestros hijos para que entienden que la pornografía es para perdedores", soltó la blonda en su ácida columna, en la que ni se arrugó pa' poner arriba de la mesa "los efectos nocivos" de la pornografía. "Estoy comprometida con la protección de los esclavos de la industria del sexo", afirmó.
Y, era que no, la lluvia de trolls se dejó caer en los muros de opinión de la publicación subida a la web del diario gringo.
Mensajes tales como "el planteo de Pamela Anderson de evitar la pornografía es ridículo" o "la cruzada de Anderson cargada de moralismo es increíble para una antigua ícono del sexo", fueron los más suaves entre miles de califas que le recordaron vez que pudieron su pasado XXX a la ricura canadiense.
