Cuando se comió el más duro punto de quiebre tras la PLR, que le puso el Benja Vicuña con cuernos y todo, Pampita quedó derrotada, y pensar que alguien le iba a dar dos más se hacía difícil. Sin embargo, el tiempo ayudó, ya que ahora la ricura volvió a tomar con confianza el raquet del amor, y a dos manos, porque según sus familiares la piba dorada ya anda oficialmente con Juan “Pico” Mónaco.
Sí, porque fue el tenista che, famoso mundialmente por su apodo de “Pico”, el hombre que le devolvió los colores y los latidos a la exquisita Carolina Ardohain.
Y no sólo eso, ya que tantas dosis de “Pico” no sólo tienen a Pampita repuesta de todas sus penas, sino que también de sus panas, como el tema del peso, por ejemplo, ya que estaba como palo de escoba y ahora recobró sus curvas endemoniadas, las mismas por las que nuestro Benja circuló relajadito por más de una década.
A puro apodo
Juanito Mónaco, como buen raquetero que es, cacha que en la vida hay que armarse de paciencia si se quiere ganar el gran partido.
Y su Gran Slam no era el de París ni el de Australia, sino que uno más complicado: llegar invicto al corazón de la apetecida Pampita.
La carrera no era fácil, ya que a priori seguramente las casas de apuestas pagarían más por una victoria suya sobre el invencible Novak Djokovic, que por convertirse en el enamorado de la maniquí. Sin temor a terminar fracasado, Mónaco empezó a acercarse de a poco a la deidad bife.
Su primer tiro de approach, esos que se usan en su deporte para aproximarse a la malla y ganar terreno, lo hizo hace más o menos un calendario atrás.
Para su fortuna, Pampita acudía al mismo gimnasio donde él ejercitaba su físico. Un par de palabritas bastaron para que “Pico” sintiera que iba entrando, de a poco, pero seguro.
La gran red entre él y Carolina tenía un nombre: Benjamín Vicuña. Sí, porque en ese entonces la modelo seguía casada.
Pero apenas la China metió su motorhome entre el actor y Pampita, Juanito cachó que era la suya. Al toque empezó a ofrecer su hombro consolador a la mujer herida, quien aceptó la invitación, no sin antes usar otros pañuelos de lágrimas, como Nacho Viale y Chano Charpentier.
La contienda fue dura, pero con una cosa fija: lo que Pampita quería era al simpático de “Pico” dentro de su vida. Y lo dejó claro cuando acompañó al deportista a un torneo en Miami, y más evidente ahora, cuando confirmó el amorío de un mes a sus cercanos y familiares.
¿Será Mónaco el hombre que borre el recuerdo de Vicuña en Pampita? Al menos “Pico” ya ganó el primer set...