Pancho Melo ahora se las dará de Popeye magallánico

Francisco Melo, el galán de las teleseries de TVN vuelve a la franja de las 20 horas luego de protagonizar la mayoría de las nocturnas del canal de todos. El actor dejará la noche y asumirá un desafío extremo: Grabar en Campos de Hielo Sur.

Tal cual, ya que la nueva telepomada, bautizada como Témpano, tendrá como uno de sus escenarios este bello paraje del sur de Chile, donde el socio se las dará de Álvaro Grau, capitán de un barco de turismo que recorre dicho lugar, y cuya historia estará marcada por los crímenes.

- Pancho, ¿cómo se nos viene Témpano?

- Mira, el eje central tiene que ver con un misterio que resolver, hay algo que sucedió que nadie quiere decir, hay que descubrir qué es lo que realmente quiere cada personaje.

- La gente a esa hora ve cosas más livianitas, ¿cuál es la propuesta que ofrecen para enganchar a la barra?

- Yo creo que es una teleserie que tiene todos los rangos habidos y por haber. Tiene una sección de la historia que está llevada por jóvenes, con temáticas de jóvenes, que están inmersos en este eje central que tiene que ver con un evento del pasado, que alguien viene a resolver.

- ¿Quién es Álvaro Grau?

- Él es el responsable de esta empresa naviera, es un tipo rígido. Es como un "témpano", distante y bastante militarizado. Trae misterio y tiene un secreto que lo empapa en su forma de ser. Es peligrosamente misterioso.

- En la historia llega Amparo, quien revienta la trama. ¿Cuál es tu relación con ella?

- Amparo (María Gracia Omegna) es uno de los puntos grandes de la historia. Ella es mi hija, pero yo no lo sé. Todos saben menos yo.

- ¿Mucha gente nueva en el elenco de la teleserie?

- Vienen muchos del elenco de Martín Rivas, en realidad el pajarito nuevo soy yo. Hay caras nuevas que no ubico y todavía no me aprendo todos los nombres.

- ¿Será este el retorno definitivo de Pancho Melo a la franja de las 20 horas?

- Es divertido porque uno graba igual, es como cuando la gente cree que las teleseries nocturnas se graban de noche y no, poh, se graban de día y uno ve a sus compañeros igual. Es divertido. La gran diferencia es que hace tiempo que no trabajaba en un equipo donde estoy conociendo gente. Hay una camada de actores nuevos potentes.

- ¿Y el final de 40 y Tantos?

- Jajajá, falta poco, véanla que está buena.

- Pancho, participaste de varias producciones cargadas al suspenso, ¿cómo va a enfrentar TVN la violencia en el bloque de las 20 horas?

- Tengo la sensación de que el área dramática de TVN quiere fidelizar a la audiencia. Se han encontrado ciertos temas que llaman la atención y sobre eso se está profundizando. En los horarios de la tarde no puede haber tanta sangre ni tanta violencia explícita, pero sí una historia compleja en donde el thriller y el suspenso sean tratados con la delicadeza e inteligencia para el público que lo está viendo, que pueden ser perfectamente niños.

- A todo esto, saliste segundo en el Copihue de Oro, ¿cómo te tomas el tema de la fama?

- A mí me gusta mucho el contacto con la gente. De hecho el año pasado me gané el Copihue y me agrada mucho, porque es un premio limpio que se genera del cariño de la gente. La fama y el no ganarse un premio genera envidia. Son cosas distintas, pero se mezclan el ego con la envidia. La responsabilidad está en uno, es súper fácil culpar a los demás, por eso un premio así me parece más limpio y transparente, y si se lo ganó Zabaleta este año, bien por él y si te da envidia, cómetela, pero cómetela en buena (risas).

DIEGO, EL MACHOTE DE 40 Y TANTOS

- ¿Qué tiene Diego Elizalde (su personaje en 40 y Tantos) de Francisco Melo?

- Yo me siento totalmente ajeno a él, aunque me encanta interpretarlo. Un tipo tan car'e raja, tan deslenguado. Yo quizás le he entregado el desparpajo, no en la agresividad sino en la energía. Él me provoca gran desagrado. Yo no soy nada prepotente y cuando pierde el control no me gusta mucho.

- ¿Te afecta Diego en tu vida personal?

- Mira, en situaciones muy puntuales, en las que yo no he podido definir en conciencia me ha pasado. A veces uno se empieza a engrupir, pero tiene que ver más con la carga de trabajo más que el personaje te esté comiendo.

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