No practica ningún deporte y se mantiene regia. Come de todo y pa’ más remate le encanta la chela.
A sus 46 años, Paola Volpato dice que su único truquito pa’ mantenerse en forma es la genética. La protagonista de “Pobre Gallo” tiene lo suyo y desde que se calzó el unifermo de carabinera, hay varios pasándose los mansos filmes con abrirle un botoncito.
“Hay una especie de fantasía de que una carabinera te lleve preso. Cuando salgo a almorzar con el uniforme, me gritan ‘lléveme detenido, oiga’ o cosas por el estilo”, cuenta la suboficial Patricia Flores en la trama, donde es parte del trío amoroso (igualito a “Pituca sin lucas”) con Ingrid Gruz y Álvaro Rudolphy.
- ¿Y esos bandidos le dicen que los espose también?
- Jajajá, también me gritan “ay, qué linda”, porque mi falda es un poco más corta.
- Tiene que puro pasarles una infracción, poh, oiga.
- Nooo, jajajá, todo ha sido bien entretenido. Soy muy relajada, pero me carga el moño...
- Pero si ese langüetazo de vaca le queda re lindo, Paolita.
- Es que no me gusta tener el pelo apretado.
- ¿Y cómo se lleva con la pistola?
- Tiene el peso de una pistola de verdad, es la misma que se usa en las películas. Pero es de fogueo.
- ¿Qué tal volver a hacerse cambio de luces con Rudolphy ?
- Hemos trabajado juntos en muchas teleseries. Me gusta mucho compartir con él, es una persona muy generosa, un gran amigo, tiene un humor genial y es un gran actor.
- ¿Cómo anda en los besuqueos el hombre?
- Todo lo de Álvaro es maravilloso, jejejé.
- Uy, está pedido pa’ que lo meta preso...
- Él es el pobre gallo de la teleserie. Es un tipo como todos quienes vivimos en Santiago: estresado, preocupado del taco, de donde estacionar, de que si te vas en Metro llegas transpirado a todas partes, de que las bencinas suben, que tienes que tener la última tecnología, que hay que subir la foto a Whatsapp, y eso finalmente agobia. Es un tipo que descubre que hay un mundo mucho más tranquilo, que ves a tu hijo y le dices ‘vámonos de picnic, a comer huevos duros’.