Pese a que falleció a los 27 años producto del excesivo consumo de drogas, Amy Winehouse dejó a sus papis protegidos para toda la vida en términos económicos.
Recibieron una herencia de casi 3 millones de libras (poco más de dos mil millones de pesares) ya que por sus éxitos logró obtener un patrimonio de 4.257.580 libras en activos.
La llamada "diva del soul", quien durante su corta carrera lanzó al mercado dos exitosos álbumes Frank (2003) y Back to Black (2006), jamás se preocupó por redactar su testamento, así que todas sus ganancias se fueron de una a las manos de sus progenitores. De esta forma será Mitch Winehouse quien se encargue de la administración de las lucas.
Quien se quedó sin ni uno y pataleando con escándalo fue el ex marido de Amy, Blake Fielder-Civil, quien seguirá solamente con las patas y el buche y sindicado como el mayor responsable de la debacle de la artista.