Para fito páez 20 años no es nada...

Sabida es la onda que tiene Fito Páez con sus incondicionales. Anoche el Movistar Arena fue una fiesta llena de recuerdos y emociones que hizo alucinar hasta el gato que duerme en la montaña rusa de Fantasilandia.

Tipín 21 horas el talentoso cantante che le empezó a poner bueno a su gira 20 años después del amor, donde se hizo acompañar, gracias a unas pantallas gigantes muy modernas, de colegas que han marcado su vida artística y personal.

Pa’ que cachen la ondita, el ruliento sacó a colación a Fabiana Cantilo, al incombustible Charly García y a Andrés Calamaro. Tampoco faltaron sus compatriotas que hoy ya no están, la gran Mercedes Sosa y el flaco Spinetta.

Pero las 12 mil almas que llenaron hasta las banderas el recinto del Parque O'Higgins querían disfrutar al Páez de siempre, ese que los hizo rendirse a sus pies tras la salida a la luz del disco El amor después del amor, octavo álbum del músico argentino editado en 1992 y que a la fecha sigue siendo el cedé más vendido de la historia del rock argentino.

Como se trataba de una noche de aquellas, Fito no halló nada mejor que tocar todas las canciones del mítico álbum y en su orden original. Ni les explico cómo estaban los asistentes. Parecían en trance y casi como si tuvieran un cancionero en la mano, coreaban cada sílaba de los temas.

Cuento corto, se trató de una jornada inolvidable gracias a Dos días en la vida, Tráfico por Katmandú, Pétalo de sal, Creo y A rodar mi vida, entre otros clásicos del gran Fito. Para mi tío, 20 años no son nada. Grande, Fito.

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