La cantante cuate Paulina Rubio estuvo a un pelo dorado de ser detenida por la poli de Miami. Después de un tortazo con otro tocomocho, la belleza se tiró a chora y pataleó en plena calle.
De acordeón con los datos copuchentos, Rubio ensartó su BMW con otro auto en el barrio cubano Pequeña Habana.
Cuando apareció la policía y le pidieron que "tuviera la amabilidad de descender" del auto, la chiquilla se negó, insultó, gritó, pataleó y acusó a la policía de Miami de abusivos.
El show le dio lo mismo al efectivo de la ley y el orden, así que le puso las esposas a la cantante, quien gritó pidiéndo ayuda y dijo que llamaría a su abogado.
Finalmente, la lola se calmó y pidió disculpas. Se le acusa de negarse a acatar una orden legítima, obstrucción de justicia y alteración del orden público. No se fue en cana sólo porque dijo que tenía que ir a darle pecho a la guagua.