Bien peluda se le puede poner la pista a la cantante cuate Paulina Rubio, quien podría pasar un año con traje a rayas y todo por no obedecer a una orden judicial.
Resulta que la chica dorada, el pasado 25 de junio, fue controlada por unos polis en Miami mientras manejaba su bólido. Rubio se detuvo, pero se negó a bajarse del vehículo, pese a que el poli le exigió hacerlo para poder controlarla en un lugar con mayor seguridad.
Debido a que no obedeció la orden, el poli livianito de sangre no dudó en detenerla, ante los gritos desesperados de la cuate quien la atacaba certeramente cantándole uno de sus hits.
Después de todo el despelote, Rubio quedó en libertad, pero citada al tribunal de Miami a una audiencia a la cual no llegó ni ella ni su abogado, por lo que el juez Steven Leifman ordenó una nueva citación para el próximo 14 de septiembre.
Allí será sometida a un juicio para determinar si es culpable de los delitos de desacato a una orden judicial, obstrucción de la justicia y alteración del orden público.
La pena máxima a la que podría ser condenada por los tres cargos, sería un año de prisión y el pago de las costas judiciales, dijo el portavoz de la fiscalía de Miami, Terry Chavez.