Obviamente la maratónica jornada musical se presta para la tracalá de pildoritas. Y quien se anotó con el mejor chascarrillo fue el trasandino Gustavo Cordera, el pelado ex vocalista del grupete Bersuit Vergarabat, quien quiso terminar su presentación en el escenario Coca Cola Stage a lo grande, a pesar de que para varias chiquillas el dolape salió iñipiñi.
Eran cerquita de las dos de la tarde, el caregallo no daba tregua y Cordera tenía a toda la galucha saltando. Cuando a minutos de terminar el show con el temón La Bomba Loca, suponemos que el capo quiso hacerle un tributo a la banda del Capitán Corneta, porque nadie sabe qué bicho le picó la pelada para que quisiera soltarse las pilchas, echar a volar la jardinera y sandunguear con su micrófono natural al aire.
"Lo hice como lo hacemos todos los días y nos miramos al espejo y nos encantaría que todos nos miren. A veces no hay significados, las cosas se hacen porque se hacen. Fue un impulso", explicó el topletero senior cuando los cabros de la señal web de TVN le preguntaron los motivos de su empiluchamiento.
"Estamos en el 2012, es el año de la desnudez", remató, esperamos que algunas chiquillas le hagan caso.
BJÖRK ES MÁS RARA QUE UN PERRO VERDE
Cuando el minutero estaba a punto de ubicarse para dar las 22 horas, saltó a escena la cantante islandesa Björk. Y para qué andamos con cosas, se trataba de la joyita de la primera patita de Lollapalooza.
Enfundada en un corto y brillante vestido y con una chasca cuática de color rojo, la artista se echó de una a la chauchera a la barra que llegó en masa al Parque O'Higgins. Pero no sólo por su percha llamó la atención esta chiquilla, ya que su tocata partió con sus temas más lentos y cargados a la locura, para de a poco ir subiendo la intensidad de su repertorio. Justo en la mitad del show le empezó a poner bueno a sus clásicos. Para ponerle broche de orégano a su actuación, Björk aplicó do de pecho a Army of me. Acto seguido cerró el boliche con un "gracias, Chile".
LA JORNADA
Los que también la rompieron anoche fueron los toffees Arctic Monkeys, que le dieron un buen momento a la barra que vaciló de lo lindo con los mejores temones de los rockeros como I bet you look good on the dancefloor o Visitors, entre una cachá más. Según sapearon los polis, unos 48 mil pericos le prestaron oreja al brillo que hizo crujir a Ciudad Gótica.