Chato por considerar que en Viña del Mar han armado una verdadera campaña en su contra por el simple hecho de ser un "personaje de la farándula", está el ex opinólogo y mánager, Roberto Dueñas.
Es que según le contó el "Peluche" a La Cuarta, desde que en diciembre del año pasado se puso con un local cervecero en pleno "Cementerio" de Reñaca (llamado así porque ahí todos se creen la muerte), las denuncias y atados en su contra no han parado.
"Me siento perseguido", pataleó el productor tejido a mano, quien asumió estar "cansado" de que nadie pesque sus loables intentos por trabajar sin hacer tongos.
Ocurre que además de la acusación de abuso sexual que le movió el piso durante la semana pasada, el cabro aseguró estar en la mira de cuanto fiscalizador municipal y policía se le cruce por el camino.
"No me han podido pillar nada e insisten. Que vengan todos juntos si quieren, porque el resultado siempre será el mismo", dijo Dueñas, recordando que "el otro día vino la policía civil y les dije 'vengan mas seguido', porque cualquier cosa que pase aquí adentro me lo van achacar a mí y yo lo único que vine a hacer es un trabajo honesto".
Lo anterior porque, según él mismo le contó al diario pop, ha recibido la visita de los ángeles de verde en más de 20 oportunidades, sin contar que de forma constante han llegado inspectores de la muni de Viña pa' cursarle multas.
A lo anterior se sumó que la PDI fue con siete funcionarios cuando le llegó la notificación a declarar por la denuncia sexual interpuesta por la modelo paraguaya, Patricia Aguirre.
"No es grato que esto salga para todo Chile cuando estás preocupado de otras cosas, de no meter bulla, de estar tranquilo. Es como que te llega de la nada", contó Roberto.
Para tranquilidad del Peluche, los vecinos y los fiscalizadores, el permiso del bar expira el 4 de marzo.
