Jennifer López pisó tierra firme en nuestro Chilito a eso de las 9 de la matina de ayer. Y nada de diva, sino que en onda súper familiar junto a su pololis Casper Smart, quien demostró ser el master de los macabeos ya que en todo momento estuvo tras de ella ayudando con los mellizos Max y Emme, de 4 años.
A dos días de que la puertorriqueña despliegue toda su energía, canturree y mueva sus apreciadas pompas en el Movistar Arena por su gira Dance Again World Tour, llegó a disfrutar de Santiago junto a su familia.
Eso sí que el viaje en su jet privado no fue nada relajado, ya que se había previsto que la mujer de curvas abultadas llegaría a nuestro terruño a eso de las 6 de la matina, pero debido a una tormenta tropical que había en Venezuela y el mal tiempo acato, tuvo un retraso de casi tres horas.
EL NIÑERO DEL AMOR
La actriz y cantante luego de salir del aeropuerto se fue de una hasta el hotel Ritz-Carlton, donde se alojará en la habitación presidencial junto a sus dos hijitos. Su novio lo hará en otro hotel capitalino, pero no por eso se viró el cabro altiro, sino que estuvo como niñero al pie del cañón ayudando a Jennifer con los broca cochis en todo lo que se necesitara en su instalación en Chago.
JLo es bastante apegada a sus retoños y quien esté junto a ella tiene que seguir la dinámica de un buen cuidado con los mellizos y esto Casper se lo ha tomado bastante en serio y se ha puesto las pilas con todo.
Lo primero que hizo la ex de Marc Anthony fue dejar las maletas y darles un buen desayuno a los pequeños, que a esa hora deben haber tenido el colmillo largo.
Según los informantes del diario pop, el joven pierno amoroso de la cantante le estuvo ayudando con los niños desde el aterrizaje en el aeropuerto Arturo Merino Benítez, donde el bailarín no les despegó los ojos a los pitufines e incluso cargó en brazos a Max.