Bronceado y con así la sonrisa regresó a nuestro país el conductor del "Buenos Días a Todos", Felipe Camiroaga, quien dando muestras de estar enamorado de su pega aprovechó parte de sus vacaciones en África para registrar diversas aventuras pa' su cocido mañanero.
Aperado de fotos y videos por montón, el próximo animador del Festival de Viña se dedicó desde tempranito a parlar sobre su piquecito a Uganda y Sudáfrica, reiterando a cada momento que la experiencia había sido simplemente inolvidable.
"Fue un viaje muy emocionate y aprendí mucho, vi realidades muy distintas", comentó el "Halcón de Chicureo" en una de sus intervenciones, agregando que "acá somos muy buenos para reclamar, pero cuando uno ve la realidad de otros países es diferente".
SELVÁTICO
En las imágenes adelantadas por Camiroaga, el caracho de TVN apareció haciendo un zafari e incluso compartiendo de tú a tú con una manga de gorilas que andaban pasando la mona con los humanos.
"Esa imagen es única", exclamó Pipe, luego de que los caporales de la pomada mostraran una foto suya compartiendo con uno de los simios que, cachando que el perico era chileno, se le acercó pa' machetearle unas bananas con malicia.
Pero no todas fueron historias bonitas, porque Felipe se encargó de explicar que sus trayectos estuvieron asegurados por el hecho de andar movilizado, a diferencia de muchos habitantes de la zona que diariamente debían arriesgar el pellejo (literalmente) cruzando la selva y poniéndose a merced de los feroces leones, fanáticos de la carne bípeda.
El viaje de Pipe, comenzando con su llegada a Kampala, capital de Uganda, será emitido todos los viernes por el "matinal de Chile".
ANTIMATRI
Por otro litro, y dando muestras de que el viaje no cambió sus percepciones de la vida, Camiroaga agarró pa' la chacota las formalidades del matrimonio, a pito de una publicación en que Fernanda Hansen apareció vestida de novia (tiembla, Peta).
"Qué increíble casarse y estar siempre con la misma persona al lado ¡30, 40, 50 años con la misma!", opinó el conductor, agregando que "no digo que sea malo, pero qué fuerte la experiencia".
Salvó la situación Ricarte Soto, quien ni tonto ni perezoso optó por sugerir la opción de casarse cada 20 años, como para evitar la monotonía.
