Salta a la vista de cualquier mortal que Macaulay Culkin, el cabro chico de Mi Pobre Angelito, no tiene un rostro rebosante de salud, ni facha para levantar ni un plátano, pero él jura que está más sano que nunca.
Hace meses que el rucio está al tanto de que la prensa gringa se ha llenado la boca pelando lo flaco y deteriorado que luce (mire esta fotito que le sacaron en febrero), por su adicción a la heroína y que por ella capaz que pronto estire la gamba y otra pila de cuestiones más nada de bonitas.
Pero la gota que rebasó la caña ocurrió esta semana. La revista National Enquirer (ver foto portada) lo puso en su portada con el retrato más feo que pillaron y anunciando un reportaje del terror. En aquél se dice que el chiquillo se gasta casi tres millones al mes comprando droga de la cara y que sus amigos no le dan más de seis meses de vida. “Macaulay Culkin está enganchado con las drogas y eso lo está matando. Es adicto a la heroína, oxycodone, percocet y vicodin. He visto cómo se droga, lo que ha aumentado en año y medio, al punto que necesita de verdad ayuda”, sale hablando un cercano no identificado del chupado ex niño prodigio del cine y que tiene aún el título de tener la película más repetida por la tele en latinoamérica: Mi Pobre Angelito.
La nota explica que la razón de todos los males y del excesivo uso de la cochiná a la vena es haber terminado su pololeo con la actriz Mila Kunis. Esta monona, para más remate, ahora anda cambiándose luces con el durito Ashton Kutcher, ex marido de Demi Moore. Pura gente del barrio, como ven.
¿COMO YOGUR?
Frente a esta nueva sarta aseveraciones, Culkin se enchuchó, se puso sus pantalones talla XS y mandó a su medio pollo con una declaración pa’ la prensa que le sigue la pista a sol y a sombra.
En ella alega que es “ridículo” que alguien ose pensar que está pa’l loly y más encima haya mentes que le achaquen andar puro volándose. Peor aún encontró el augurio de que así como iba, pudiera sufrir la misma suerte fatal de celebridades como Amy Winehouse o de su amigo Michael Jackson.
“Rogamos a los medios de comunicación responsables que consideren la fuente y su reputación, y que por favor no perpetúen esta historia destructiva e insultante para el futuro”, exigió el artista de 31 años que hace cualquier año dejó de brillar en la pantalla grande, afectado por un cerro de problemas íntimos, como su divorcio de la actriz Rachel Miner. Se casaron en junio de 1998 y se mandaron a la punta del cerro en agosto de 2000.
En 2004 lo detuvieron en Oklahoma City por andar cargado de drogas y en 2005 tuvo que atestiguar en el caso de abuso sexual contra el “Dominó”.