Parece que en esta semana Charlie Sheen se ha sacado todos los premiados: A su despido de Two and a Half Men, las discusiones vía web con sus ex colegas y las críticas y alabanzas al proclamarse el Mesías, se suma un operativo policial en su guarida mientras él comía hamburguesas.
Según informó el sitio TMZ.com, un llamado de alerta recibido la noche del jueves por la policía de Los Angeles, hizo que los guardianes de la ley llegaran armados hasta los dientes al hogar del actor. La denuncia aseguraba que habían armas de fuego y una tracalá de municiones en manos del galancete, lo que iba contra una orden judicial.
Luego de su divorcio con Brooke Mueller, a Sheen un juez le prohibió tener armas de fuego y beber alcohol. Esto porque en plena Nochebuena del 2010 la policía llegó a la casa de la entonces pareja atendiendo un llamado de violencia familiar.
Tras el operativo, Sheen fue acusado oficialmente de los delitos de amenaza y asalto menor por haber amenazado con un cuchillo a su esposa.
Por ese motivo es que las fuerzas del orden armaron un cuático operativo que se llevó a cabo mientras el dueño de casa le pegaba una mordida a unas hamburguesas en el patio de su nido, acompañado de los abogados que lo asesoran en la demanda de 100 palitos verdes que le quiere chantar a sus ex patrones, la compañía Warner y que además le informaban que estaba listo el arreglo para que viera a sus hijas.
"La LAPD es tan genial. ¡Profesionales absolutos! Pueden proteger y servir a este mago en cualquier momento!!!", escribió Charlie Sheen en su Twitter.
Mark Gross, abogado del cabro, dijo que la policia encontró un rifle de hace 200 años y unas balas sueltas.