Como reportera pop y buena pa' ver culebrones, le tengo los detalles del último capítulo del primer drama criollo de media tarde, Esperanza.
Con cada uno de los adelantos puse la misma cara que usted pondrá si sigue mirando esta nota.
Entre tanto llanto y ahora con su pega de artista, a nuestra Esperanza Reyes (Daniela Ramírez) se le olvidó revisar sus papeles de residencia y resulta que… ¡los tenía vencidos!, por lo que los verdes la mandaron a deportar hasta Perú, con la prohibición absoluta de regresar a Chile y poder estar con su amado y su pitufito.
Hasta aquí todo pésimo para nuestra nana heroína, hasta que logra solucionar sus entuertos y su carrera de cantante prende con todo. Si hasta un nuevo hit empieza a sonar en las radios, lo que la convierte en puro grito y plata.
Y como todo no podía ser tanto drama venezolano, Esperanza y su eterno enamorado terminan viviendo un cuento de hadas, ya que una vez que Juan Pablo Marticorena (Álvaro Escobar) termina con todos sus atados judiciales, incluida la aclaración de la muerte del hermano de su amada, se van a vivir juntos con su hijo Ariel y son una familia feliz para siempre.
TRAS LAS REJAS
Quien tiene un vuelco absoluto en la historia es Beatriz Solovera (Ingrid Cruz), ya que luego de sufrir por la muerte de su hijo Rodrigo y asumir que su segundo retoño era de su amante, Elías Rocco (José Martínez, en la foto junto a Ingrid Cruz), se hizo amigui con su eterna nana y mamá de Rocco, Carmen (Teresita Reyes) y pusieron un negocio de banquetería.
Eso sí, una vez que Rocco se recuperó de las heridas de cuando intentó secuestrar a su amada, se fue pa' la capacha, pues era el verdadero asesino del hermano de Esperanza.
DE TODO UN POCO
Y mientras Genaro Solovera (Patricio Achurra) es elegido concejal, Susana Farías (Loreto Capetillo) y Tito (Marcelo Valdivieso), logran cumplir con su sueño de ser papis, ya que luego de ver un cartel para apadrinar niños, finalmente logran sentirse como padres y terminar con sus trancas de fertilidad.