Vaya uno a saber si su reciente quiebre con su minoca lo tiene con la pelada en otra, pero chitas que la está haciendo malena mi tío.
No es que nos guste andar metidos en carretes ni menos trasnochar, pero por esas cosas de la life nos topamos vaso a vaso con Kike "0,3" Acuña (lo de 0,3 viene por el límite de las alcoholemias).
El pelotero que defiende a Unión San Felipe llegó la noche del sábado al Kmasu Lounge, templo que se incrusta en pleno corazón de Providencia, y ni les cuento lo enfiestado que andaba.
El dolape se apersonó con unos amigos pa' sacarle lustre a la pista, pero parece que tenían más Cecilia que otra cosa. Por un buen rato se instalaron en la barra para ponerle bueno entre pera y bigote, pero por razones que sólo el combinado nacional explica, los guardias del lugar llegaron hasta el segundo piso, específicamente al VIP, para agarrar de un ala al jugo de balón y no muy diplomáticamente invitarlo a salir.
Como no le gustó la propuesta, el calvo se puso chorongo.
La respuesta no hizo más que enfurecer a los gorilones, que de una se tiraron contra Acuña para aplicarle una llave al estilo Kung Fu Panda. El atado es que como estaban cerca de la escalera casi se van todos guarda abajo. Empezaron los forcejeos y la repartija de xuxadas. Al final, cuatro gorilones se comieron las espinacas de Popeye y por fin, pasadas las tres de la madrugada, lograron sacar al Kike del parafernálico boliche. Vamos chantando la moto.