Ya se entregaron los apreciados Premios Oscar y la cinta ganadora como Mejor Película fue El Discurso del Rey, obra que se basa en el tartamudeo de Jorge VI, quien más tarde terminaría convirtiéndose en el monarca de Inglaterra.
Esta cinta parte de una historia simple, lo cual siempre se valora en un buen guión, que logra enredar al espectador en un problema humano -que hasta la realeza puede padecer- Las actuaciones de Colin Firth (Mejor Actor) y Helena Bonham Carter deslumbran, por su emotividad y realismo.
Pero ojo, que El Discurso del Rey es una película lenta, detallista y emotiva, que requiere la atención del espectador para comprender más allá de lo que muestra la imagen.
Pasando a otra de las películas que obtuvo la aprobación de la Academia, Red Social (premio como Mejor Guión Adaptado) me sorprendió. El trailer de la película no le hacía mérito a lo que es la cinta en sí, pues basada en el hecho real de la creación de Facebook, se muestra un mundo universitario estadounidense que va más allá de las tontas fiestas de las Fraternidades.
Jesse Eisenberg, Andrew Garfield, Justin Timberlake, Armie Hammer y Joseph Mazzello, logran con creces enganchar al público con la historia, la cual contada desde una sala de audiencias va recordando un proceso que partió con una amistad y terminó con una demanda millonaria.
Inception era una de las favoritas, sin embargo no se llevó los premios más cotizados. En esta película un atormentado Leonardo Di Caprio crea una forma de intervenir la mente, a través de los sueños, para lograr que las personas cambien de parecer. El problema es que la cinta se va enredando entre lo que es real y los varios niveles de sueños. Demasiado larga, donde un hecho simple se ve enrevesado para ser contado.
Respecto a la ganadora como Mejor Actriz, siempre fue indiscutido que Natalie Portman se llevaría la estatuilla tras su maravillosa, angustiante, fiera, tierna y desgarradora interpretación como la bailarina de El Cisne Negro.
Esta película basa toda su trama en la preparación y estreno de una nueva versión de El Lago de los Cisnes, donde una novata bailarina tiene que ser capaz de interpretar a ambos personajes, mostrando su lado tierno y su lado salvaje.
Es un gran guión, da para cine arte, que jugando con el plano psicológico, logra agobiar y atrapar al espectador, haciéndolo sufrir tanto como lo hace la protagonista.