Parlanchín y de bastante buen humor para un cristiano que viajó cerca de 10 horas desde Estambul (Turquía) a Santiago, llegó ayer el Rafa Araneda.
De vuelta de sus vacaciones por el Mediterráneo con su esposa Marcela Vacarezza, el animador respondió todas las preguntas sobre sus bulladas negociaciones para animar el Festival de Viña del Mar.
Sin negar ni afirmar la movida, dejó correr su verborrea para aclarar que nica dirá que le hace tilín la Quinta para no quedar mal con nadie y sobre todo con sus patrones de la señal estatal.
"Entiendo las especulaciones que hay sobre el tema, pero responderlo es echarle más palitos a la chimenea... Si digo que me encantaría, es decirle 'oye, compadre, tengo ganas de irme' y no es así, estamos conversando y súper bien. Debo ser mediáticamente muy cuidadoso en los pasos que doy. Hoy tengo un proyecto que se llama 'Pelotón' y pertenezco a TVN" se escudó.
Sobre la posiblidad de tener a Cecilia Bolocco de compañera de escenario, también se fue por el desvío, pero no sin expresar lo macanuda que la encuentra: "Es una tremenda profesional y una gran animadora. Pero está dentro de las especulaciones, ya saben".
Su paseo por el Mar Negro, Venecia y Estambul lo dejó loco por la belleza de esas tierras. Aparte, surgieron anécdotas tan freaks como encontrarse en una disco con Bono, de U2. Mientras Marcelita las hacía todas sacándole fotos al cantante, Rafa se las dio de guardia de seguridad para lograr verlo a menor distancia.
"Les decía a todos ¡no picture, no picture! y así al final me fui acercando como dos metros", contó. Lo otro que recordó es que en todo lo que patiperreó sólo los mexicanos lo reconocían en las calles.
Esta semana Araneda retoma sus ires y venires a México para el programa "Academia del Bicentenario", que parte este domingo y donde Carolina Soto (ex "Rojo) competirá por Chile.